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La defensa de la víctima busca la prisión perpetua, mientras que el abogado de Farré intentará probar que el acusado no era consciente de sus acciones al momento del hecho o que medió la emoción violenta.
Ayer se dio comienzo al juicio por jurados que deberá afrontar Fernando Farré por haber asesinado a su mujer, Claudia Schaefer, tras propinarle 74 puñaladas e incluso haberla degollado. Durante la mañana se realizó el proceso de selección de los jurados y, luego de un cuarto intermedio al mediodía, comenzaron los alegatos en las primeras horas de la tarde.
El juicio está siendo desarrollado en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2 de San Isidro y no solo estará el juez Esteban Andrejin, sino que se dispuso un jurado compuesto por 12 titulares (seis mujeres y seis hombres) y seis suplentes elegidos entre los 46 convocados que se hicieron presentes. Sin embargo, 18 fueron recusados: ocho por cada una de las partes y dos más tras haberse manifestado a favor del Ni Una Menos.
El proceso determinará si Farré será condenado a prisión perpetua, si hubo emoción violenta o si debe ser declarado inimputable. Para que este último escenario sea posible, debe de haber cuatro votos a favor de la imputabilidad: con tres votos, el juicio será anulado y habrá uno nuevo; con dos votos a favor de la inimputabilidad podría ser contemplada la emoción violenta. Por otro lado, para lograr la prisión perpetua debe haber unanimidad en la votación.
El abogado de la familia de Claudia Schaefer, Jorge Sandro, afirmó que su objetivo es lograr la condena a prisión perpetua por el femicidio de Claudia que, según expresó fue preparado y donde el acusado actuó con “plena conciencia”. Durante el diálogo con la prensa Sandro aseveró que “la acusación sostiene y va a probar que Farré ha cometido un homicidio doblemente agravado por el vínculo conyugal y por femicidio”. Por el lado del acusado, intentará probar que éste no era consciente de sus acciones al momento del hecho o que medió la emoción violenta.
Según se espera, durante la jornada de hoy comenzarán a ingresar los 54 testigos, entre los que se encuentran la hermana de la víctima, Sandra, el abogado de Claudia Schaefer, quien estuvo presente el día que se desató el fatídico hecho, y Adrián Tenca, abogado de Farré.
El crimen
El hecho ocurrió el 21 agosto de 2015 cuando Claudia, junto a su abogado, arribó a la vivienda de fin de semana que alquilaba junto a Farré en el country Martindale para retirar sus pertenencias, ya que se encontraban en proceso de un conflictivo divorcio en el que mediaban además de una denuncia por parte de la víctima por maltrato, realizada 18 días antes del ataque, una exclusión del hogar para Farré. En el chalet esperaban Fernando Farré, su abogada y su madre.
Cuando Claudia se dirigió al vestidor Farré la siguió, cerró la puerta con llave, la degolló, le propinó golpes y 74 puñaladas (en tórax, espalda y rostro) con dos cuchillos que había retirado de la cocina minutos antes.
A pesar de los intentos de la madre de Farré y de ambos abogados por romper la puerta para detener la masacre, para cuando pudieron rodear la casa e ingresar por una ventana, ya era tarde: Claudia Schaefer había fallecido.
Schaefer presentaba marcas de defensa en sus manos (dedos, palmas y muñecas) y, según la autopsia, el 95 por ciento de las lesiones fueron generadas en vida y la causa de muerte fue el corte punzante en el cuello que llegó hasta su columna vertebral.
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