El fiscal que lideró la investigación habló en exclusiva con Resumen y contó su perspectiva de los hechos. "Había una situación que se salía del molde de lo que podía ser un conflicto familiar, una fuga con un novio", señaló Vaiani.
Es el caso que tuvo en vilo a la comunidad local por una semana. En principio, porque por muchos días no se supo absolutamente nada de la chica que había desaparecido, Ludmila Di Venuta, y luego porque con el correr del tiempo comenzaron a circular una cantidad de versiones, algunas descabelladas, otras no tanto.
“Cuando me dieron intervención a mí, no teníamos ningún indicio de que se tratara de un secuestro, pero lo enfocamos como si fuera así”, afirmó el fiscal general adjunto de San Isidro, Marcelo Vaiani, en una entrevista exclusiva para Diario Resumen.
“Había datos, como la carta, para presumir que era una fuga, pero uno se puede conformar con eso o tratar de imaginar otra cosa”, apuntó.
Lo que preocupó al fiscal desde el día en que se informó del caso fue que habían pasado cinco días y no se sabía absolutamente nada. Ludmila no se conectó a ninguna red social, su WhatsApp aparecía sin conexión desde el día de la desaparición, el celular lo tenía apagado.
“No puede ser que a una chica de 15 años se la trague la tierra”, dijo el fiscal.
A partir de las entrevistas que se le hicieron a los diferentes grupos de amigos y compañeros de colegio, apareció la figura de “Rodo” en escena. “A la primera alerta de que la chica no se comunicó con nadie se le sumó esto: hacía cinco meses que Ludmila venía hablando con un hombre, que podía ser alguien mayor y que nadie conocía”.
La sospecha de que era alguien más grande fue por el tipo de regalos que le dio a la chica: una cadenita, un reloj, un smartphone costoso. Y también porque la había pasado a buscar por el colegio en un Renault Fluence negro.
“Ya había una situación que se salía del molde de lo que podía ser un conflicto familiar, una fuga con un novio”, remarcó.
Desde ahí tomó más fuerza la idea de secuestro. Y esto hizo que la investigación fuera mucho más proactiva y dinámica, porque se utilizan protocolos investigativos distintos a los de una fuga de hogar común.
Procedieron al análisis de las comunicaciones, que fue lo que en definitiva definió el curso de la investigación.
“Se produjo un vínculo totalmente siniestro y vicioso, porque hubo captación. En la estructura mental del captador y la persona captada termina generándose un vínculo. No importa después cómo, pero vínculo al fin”, dijo el fiscal.
En cuanto a si Vilcar tenía antecedentes, él mismo dijo que no. “Hay que esperar que lleguen los informes de los organismos de seguridad, pero no descartamos que tenga algún tipo de conocimiento especial o que se dedique a hacer estas cosas de forma mucho más frecuente de lo que creemos”.
“Sobre todo porque hay cosas que no cierran”, concluyó Vaiani. “Como el hecho de que tenga ese auto, no coincide con su forma de vida. No lo sabemos, pero lo vamos a averiguar”.
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