A pesar de que el responsable del hecho se entregó a las autoridades, resta esclarecer el móvil que generó la discusión y el posterior ataque que terminó con la vida de Ariel Muzzolón.
La discusión y posterior pelea entre dos compañeros de trabajo en una fábrica metalúrgica que tuvo un trágico final el pasado lunes continúa generando desvelo entre los investigadores, quienes ahora tratan de determinar las causas que derivaron en el ataque que se suscitó cuando uno de ellos le aplicó varios golpes en la cabeza con una pesada herramienta a la víctima, provocándole una fractura de cráneo y el casi inmediato deceso.
Según trascendió, ambos operarios, trabajadores de la plegadora Zorzi de San Alejo, estaban solos y de los insultos pasaron a una riña, hasta que uno de ellos tomó una llave francesa, con la que le pegó en la cabeza a su oponente, identificado por la Policía como Ariel Muzzolón de 39 años.
Luego de cometer el crimen, el homicida, de 45, fugó utilizando el auto de la víctima que estaba en la playa de estacionamiento de la fábrica, hasta que decidió entregarse y confesar lo sucedido, se presume que aconsejado por un abogado.
"El cuerpo sin vida del empleado fue encontrado por otro trabajador de esa metalúrgica, tirado en el piso, en medio de un charco de sangre y con la cabeza destrozados por los fierrazos que recibió", indicaron los investigadores del caso a Pilar de Todos.
Además, de acuerdo a lo consignado por voceros de la comisaría 1ª de Pilar, "a las pocas horas, el homicida se contactó con personal policial, para acordar entregarse en la sede de un estudio jurídico de la zona".
"Por lo que nos dicen sus compañeros, eran dos personas que solían discutir por cuestiones normales, como un partido de fútbol, pero hace un año habrían tenido un intercambio de palabras más fuerte, aunque las razones de lo ocurrido son materia de investigación", sostuvo el comisario Marcelo Guzmán.
Si bien resta conocerse el resultado de la autopsia, se desprende que el causal de la muerte fue la fractura de cráneo, producida por los golpes que recibió con la llave francesa. Se presume que el confeso asesino, tendrá que ratificar ante la fiscalía que investiga el caso, los dichos vertidos ante los policías que lo detuvieron.
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