Franco Alvarenga fue atacado por al menos tres jóvenes de entre 13 y 14 años cuando regresaba de Educación Física con una remera del Instituto Verbo Divino. Le dieron golpes en el estómago y patadas en las piernas.
Los ataques a menores se convirtieron en una constante durante las últimas semanas en el distrito. En esta oportunidad, la agresión tuvo lugar por el simple hecho de que la víctima concurre a una escuela privada.
El hecho ocurrió el pasado viernes por la tarde, cuando Franco Alvarenga, de 12 años, regresaba a su vivienda en Villa Buide tras acudir a Educación Física en el Instituto Verbo Divino, al cual asiste.
Fue en el cruce de las vías del Ferrocarril San Martín y la calle Bergantín Independencia, cuando tres menores de unos 13 y 14 años lo interceptaron sólo por tener el uniforme de esa institución, según relató Rodolfo, padre de la víctima en su cuenta de Facebook.
“El bajó del colectivo en la calle Nazarre e Independencia y venía caminando para casa. Cuando va cruzando las vías había supuestamente tres chicos más o menos de la misma edad que empezaron a increparlo y lo único que atinó fue a mirar a quien lo insultaba. Ahí los insultos comenzaron a ser peores, lo cercaron y le empezaron a pegar. Lo que el nos relata es que le pegaron una piña en la panza, un par de patadas en el muslo a la altura del fémur tipo paralítica”, indicó al programa “La Mañana de Resumen”, de FM Del Sol (91.5).
Además, para añadirle gravedad a un hecho de por si condenable, Franco llegó a su casa con su remera cortada a la altura del pecho, lo cual llamó la atención de su padre. “Uno agarra una remera con esa tela y la tironeas y no la podés romper. Le pregunté si le habían pegado con algo más, pero no sabe si le tiraron con una navaja, un cuchillo o un vidrio”, explicó.
“La impotencia mía, la bronca fue agarrar y difundirlo. Podemos contar el cuento como algo triste, pero porque por algo dejaron de pegarle y no tuvieron tiempo de seguir agrediéndolo. Mi señora por suerte estaba en casa ese día, y fue la que se encargó de llamar al 911”, añadió Alvarenga.
Cabe recordar que a mediados de abril, en la misma zona, mataron a Leonardo Peralta, de 13 años, también a golpes y en circunstancias similares. El adolescente iba con un primo a una iglesia de la zona, en Villa Verde, cuando una patota juvenil lo interceptó en una plaza y lo golpeó salvajemente. Uno de esos golpes fue en la cabeza, lo que le produjo la muerte pocas horas después.
“A partir de lo que pasó con el otro chiquito (Leonardo Peralta) estamos todos mal en este barrio, y mi intención era que se supiera para no esperar que pase otra desgracia mayor para hacer una marcha. Hay que concientizar a la gente y a los dirigentes para que hagan algo de una vez por todas”, cerró Alvarenga.
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