Los ciudadanos de a pie bombardeados durante casi un mes por estereotipados spots y slogans de campaña vacíos de propuestas políticas y económicas.
La economía le sigue dando buenas noticias al Gobierno. Los datos de actividad correspondientes al mes de julio del corriente año, dan cuenta de un aumento interanual del 4,9%. En los primeros siete meses del corriente año el crecimiento es del orden del 2,1%. Estos datos reflejan un crecimiento superior al registrado en diciembre de 2.015, producto de la inercia en el dispendio de recursos del Estado por parte del gobierno kirchnerista. El objeto de ese revoleo de recursos, no era otro que ganar las elecciones que se llevaron a cabo en octubre de ese año. En esas elecciones, como todos sabemos, la mayoría de los argentinos eligieron democráticamente a la coalición Cambiemos para gobernar el país. En cuanto a la generación de empleo, en el último año, aparece la construcción como el sector que más lo empuja a crecer, en tanto la actividad industrial todavía muestra una caída que ronda el 2,5%. Como venimos observando, la economía muestra un lento pero sostenido crecimiento que todavía no llega a todas las actividades involucradas.
También se registra una disminución en los índices de pobreza, aunque en esa cuestión falta mucho por hacer, habida cuenta de la pesada hipoteca recibida por el Gobierno actual en diciembre de 2.015. Pero sin lugar a dudas, la tendencia es positiva. Aun así, la conducción económica debería prestarle prioritaria atención, entre otras cosas, al crecimiento de las importaciones y al estancamiento de las exportaciones. Este hecho genera un creciente déficit en la balanza comercial de la Argentina. Tampoco debe descuidarse la lucha contra la inflación.
Sería positivo que los ciudadanos conociéramos en detalle el accionar de la Secretaría de Comercio, a cargo de Miguel Braun, respecto del aumento del precio de muchos bienes de la economía. Ello, dado que según el INDEC se observa una disminución en los índices que dan cuenta de la distribución del ingreso. Otra realidad a la que se debe considerar con extremo cuidado está referida a la política financiera llevada a cabo por parte del Banco Central. Días pasados su presidente recibió al otrora presidente de ese banco y ex-ministro de Economía de varios gobiernos, Domingo Cavallo. Es de esperar que dado los resultados negativos de sus gestiones, su opinión no influya significativamente sobre la actual gestión del Banco Central. El enfoque del ex-funcionario siempre estuvo poderosamente inspirado, en una visión claramente favorable a los manejos meramente financieros de las entidades del sector, y no tanto orientados a la defensa del ahorrista y al desarrollo de un verdadero e importante Mercado de Capitales argentino.
En lo político se reanudaron formalmente las campañas, con vista a las elecciones legislativas a llevarse a cabo el próximo 22 de octubre. Estas campañas se desarrollan en todos los medios de comunicación televisivos, radiales y escritos. Como se advierte, difícil escapar al bombardeo de spots y slogans muy trabajados desde lo estético pero absolutamente vacíos de contenido. Sólo críticas delirantes y sin sustento al gobierno de Cambiemos por parte de la oposición, cuando en realidad hay cuestiones en la gestión del gobierno que podrían ser criticadas con fundamento.
Todos sabemos que no existe en el mundo el gobierno perfecto. Pero claro, para desarrollar esas críticas hay que informarse y estudiar. Este accionar por parte de la mayoría de la oposición resulta a todas luces utópico. Por suerte a ninguno de los que hace campañas opositoras hablando del “hambre”, se le ocurrió hacer proselitismo proponiendo “el Plan Conejo”, anunciado en Venezuela por el dictador Nicolás Maduro con el objeto de paliar el hambre de sus habitantes. Consiste en entregarle a cada familia dos conejos para que con su reproducción ”mejore su situación alimentaria”. Esta alusión adquiere rasgos tragicómicos, ya que los venezolanos en promedio perdieron en el último año 8 kilos de peso. Desde esta columna nos solidarizamos con todos los hermanos venezolanos que sufren la emergencia alimentaria-sanitaria desde hace ya muchos meses. Asimismo, hacemos votos para el pronto final de tan desgraciada circunstancia.
La campaña de la coalición Cambiemos continúa con el timbreo a lo largo y ancho del país, concentrándose fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires. Al mismo tiempo el Presidente Macri, la Gobernadora Vidal y algunos intendentes propios y opositores responsables inauguran obras terminadas que benefician a todos. La oposición se diluye en las agrupaciones lideradas por Massa, Randazzo, la izquierda reaccionaria vernácula y Unión Ciudadana. La líder de este último espacio, la ex-Presidente ha comenzado un raid de entrevistas televisivas con el fin de mejorar la medición de su agrupación en la encuestas. Hasta ahora nunca había dialogado con la prensa. Ni aun cuando ocupaba la presidencia de la Nación. Cuando se escuchan y ven sus reportajes, como diría un famoso director de cine y teatro cuyo nombre me reservo, no se termina de saber si es ella o Andrea del Boca quien hace por contestar preguntas. Tal vez su nuevo gurú catalán en imagen y comunicación, Antoni Gutiérrez-Rubi está distraído por el referéndum barcelonés a llevarse a cabo el 1° de octubre.
Para terminar, ayer fue el Día Mundial del Corazón y desde esta columna invito a todos los ciudadanos de nuestro querido país a recordar a un héroe mundial de la medicina, el cardiólogo argentino René Favaloro. Si bien físicamente no está entre nosotros, para la inmensa mayoría su figura y espíritu sigue acompañándonos, no sólo como irrepetible médico sino también como un compatriota que estudió, trabajó y predicó con su ejemplo por un país distinto, por un país mejor.
FERNANDO ROBLES
ANALISTA POLITICO Y ECONOMISTA
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