Por Richard J. Guerra
Ciudadano venezolano residente en Pilar desde hace dos meses
Venezuela, el país con la mayor reserva mundial de petróleo según la Organización de Países Exportadores de Petróleos (OPEP), atraviesa actualmente uno de los momentos más críticos de su historia. La agudización de una cuestionable gestión gubernamental a cargo del presidente Nicolás Maduro, ha resultado en la fuga masiva de talentos que se han visto en la necesidad de huir de la nación que los vio crecer, con la visión de buscar una mejor calidad de vida fuera de la geografía tricolor.
La situación socioeconómica y política que se vive en Venezuela ha empujado a más de 1,5 millones de personas a emigrar a otras repúblicas, según cifras publicadas por la Organización de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Gran parte de los habitantes que escaparon de la catalogada “Dictadura de Maduro” han tenido que guardar sus títulos profesionales y empezar desde cero en tierras ajenas, desempeñando laburos para los que nunca fueron preparados. La necesidad los conllevó al sacrificio.
Para comprender el contexto venezolano es necesario explicar el deplorable panorama que se vive en el país con la inflación más alta del mundo (1.133% en 2017). Escases de medicinas y alimentos, violación de derechos humanos, casos de corrupción por parte de funcionarios que sirven al gobierno de turno, pobreza extrema, desaparición del bolívar (moneda usada en Venezuela), son algunas de las razones que impulsan a una considerable masa de habitantes a dejar sus hogares. Y son solo la punta de un iceberg de conflictos internos que hunden al país en un mar de caos.
El mandatario Maduro (designado por el presidente Hugo Chávez Frías meses antes de su muerte, en 2012) llevó el país a una ruina desconocida para la población tricolor, acostumbrada por siglos a vivir del petróleo y otros recursos minerales.
No obstante, ha dado muestras de que no dará su brazo a torcer. Reelecto recientemente en unas elecciones de dudosa calificación, se afianzó en el poder hasta el 2026. Asimismo, dejó claro su negación de recibir una ayuda humanitaria, ofrecida por más de siete países de América, encabezados por Estados Unidos.
Expulsado de la Organización de Estados Americanos (OEA), bloqueados financieramente por 12 países y la Comunidad Europea, el gobierno de Venezuela parece pender de un hilo a nivel internacional.
Mientras tanto, cientos de personas siguen huyendo diariamente de la peste política que azota diariamente a Venezuela, y que parecer no tener cura, al menos no por ahora.
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