Generalmente en estas líneas, a pesar de que hace un tiempo que las tenemos olvidadas, relatamos historias que por el tiempo que hace que sucedieron, son precisamente “historias que hacen historia”. Pero esta vez vamos a aprovechar la columna para contar algo que sucedió hace apenas dos meses, aproximadamente, según el relato de nuestro “coiffeur” o encargado de mantener nuestra “prominente cabeza”, en estado presentable.
En esta semana, como lo hacemos muy de vez en cuando, concurrimos al local de nuestro amigo “estilista” o, como se dice normalmente, peluquero, el flaco Antonio Loraschi y, por supuesto la charla obligada fue el relato de su último viaje al viejo mundo, al país de sus ancestros, la bella Italia, que visitaron en el mes de abril con su esposa, la “aguantadora” Adela.
Un relato más que interesante nos hizo Antonio, respecto a lo sucedido ante sus propios ojos, en el viaje de ida en el avión de Alitalia, al cual ascendieron previo encontrarse en el aeropuerto de Ezeiza con un conocido profesional de la medicina y de la política de nuestro medio, que también viajaba hacia el viejo continente, pero él y su familia específicamente a visitar y agradecer a la virgen croata Medjugorje, por su salud.
Cuenta el “estilista”, que en un momento dado, cuando la aeronave estaba en pleno vuelo, sobrevolando el norte de Brasil, en la fila de adelante se escuchó un revuelo poco común y un movimiento extraño que sacó de la habitual rutina a todo el pasaje que había completado el avión.
Al asomarse para ver lo que sucedía, mi amigo se encontró con un marido desesperado queriendo hacer reaccionar a su esposa que aparentemente había tenido una descompensación cardíaca. Adela, instantáneamente recordó que algunas filas atrás de ellos estaba la familia Zúccaro en pleno, disfrutando del viaje y, sin dudarlo le avisó de lo que sucedía a quien por sobre todas las cosas, en su vida, abrazó su profesión de doctor en medicina.
Sin dudarlo, el ex mandatario pilarense tomó fuerzas y tras sortear más de un obstáculo en el pasillo de la nave, llegó al lugar y junto al esposo de la mujer descompuesta alzaron a la circunstancial paciente hasta el pasillo de primera clase que es más ancho y la asistieron inmediatamente.
Haciendo un gran esfuerzo el “médico político” (sin contar que el avión ni siquiera tenía un desfibrilador) con respiración asistida y con masajes cardíacos apropiados, logró sacar a la viajera de un trance nada alentador, ya que justamente lo que presentaba era un cuadro de complicación cardíaca.
Tras mucho esfuerzo y con la ayuda del marido asustado, el ex intendente en su vocación de médico, logró reavivar a la viajera que quedó en la sección de primera clase, descansando por unas horas. Según relató nuestro informante, fue realmente sorprendente la cara de satisfacción, de alegría y orgullo, por haber cumplido con su deber de facultativo, del médico pilarense, quien recibió el aplauso de los pasajeros de la
enorme aeronave y, por supuesto, tanto de la paciente restablecida y su preocupado esposo.
El galeno y conductor durante 12 años de los destinos pilarenses, volvió a su asiento, junto a su familia, cantando por lo bajo aquello de “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…".
Historias que hacen historia
Por auguzama
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