Protestas en el Parque Industrial, fábricas al borde del cierre, reiteradas huelgas de docentes molestos, terminales vacías; gente pidiendo por trabajo. Las similitudes del fatídico 2001 con la actualidad son alarmantes.
El 2001, tan lejos y tan cerca. Durante la primera mitad de aquél catastrófico año los temblores de la hecatombe social y económica resonaban con crudeza en los medios y por sobre todo en la realidad del pueblo.
Pilar no quedó exento de oír los resonantes reclamos por trabajo y mejoras salariales en una situación donde el dinero no alcanzaba para nada.
Los trabajadores no sólo cortaban calles, frenaban servicios o paraban producciones, otros buscaban maneras originales de llamar la atención como el caso de Rafael Da Silva, albañil desocupado que paseó por las calles de Pilar cargando una cruz y enseñando un cartel que expresaba: "No soy Cristo. Herodes del gobierno: les entrego mi vida a cambio de trabajo y dignidad. Piedad, piedad".
En aquellas jornadas de mayo y junio, los obreros de la empresa ZF del Parque Industrial tomaban la fábrica para no ser desalojados por el inminente cierre. Asimismo, trabajadores ferroviarios cesaban actividades en reclamo por el pago desglosado de su sueldo.
Esos días que parecen haber quedado atrás, reflejan espejismos con la actualidad, tal el caso de la fábrica del Parque Industrial Kromberg & Schubert ó el paro de trenes de la línea Sarmiento.
La imagen de la terminal de colectivos de Pilar vacía por el paro de la CGT aquel 8 de junio de 2001 se repitió el 11 de abril pasado.
Para encontrar más ecos del pasado, en la edición del 5 de mayo de hace 13 años, los institutos de diálisis se encontraban en una situación sensible porque Provincia no pagaba el tratamiento de los enfermos, una situación similar sucede en la actualidad donde los centros del riñón se encuentran en un vaivén entre la regularización y el cese del servicio médico.
También los docentes protestaban con huelgas que se sucedían semanalmente, medida de fuerza que fue superada en duración en marzo de este año con la tensa situación gremial entre los sindicatos de maestros y el gobierno bonaerense.
Mientras estos espejismos del 2001 se suceden día a día con fábricas que cesantean a sus empelados o amenazan con el cierre, caso de General Motors. Estas pueden ser meras coincidencias, aunque la historia demuestra que el futuro repite el pasado. Será cuestión de pegar un volantazo antes de la inminente colisión.
Esperemos no volver a los tiempos en que el Municipio debía intensificar la ayuda social entregando bolsones de frutas y hortalizas, medida que había sido anunciada por aquel entonces por la responsable de Desarrollo Social, Lucrecia Saulle.
Este "sistema de contención y ayuda", se contraponía con lo expresado por el desempleado Da Silva. No buscaba asistencia, quería trabajo porque en él reside la dignidad, y lo doloroso de aquella crisis también fue eso, la pérdida gradual de esa dignidad.
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