Viernes 26 de Abril de 2024

La confianza se construye con trabajo, credibilidad, más y mejor política


  • Domingo 08 de Julio de 2018
Imagen del articulo
La turbulencia cambiaria que amenaza con propagarse total o parcialmente al resto de la actividad económica se debe, según la mayoría de las opiniones, a una crisis de confianza que despierta la conducción de la coalición gobernante en los argentinos. Con la elección de Andrés Manuel López Obrador como Presidente de México, se inicia en el país que conecta América del Norte con América del Sur, un nuevo ciclo político y de gestión. Tildado por algunos como un dirigente populista, en general se lo identifica como un político dialoguista y pragmático. Tuvo a su cargo la administración del Distrito Federal mexicano y no se conocen denuncias significativas de casos de corrupción durante el desarrollo de su labor. A poco de resultar electo mantuvo una conversación telefónica de cerca de media hora con el Presidente de EE.UU. Donald Trump. Este hecho no deja de ser una señal positiva para la relación entre ambos países. Sobre todo, teniendo en cuenta que esto se produjo horas después que la Corte Suprema de Estados Unidos prohibiera, por razones de seguridad nacional, el ingreso a ese país de ciudadanos de Irán, Libia, Somalia, Siria, Yemen, y de algunos funcionarios venezolanos. En el orden local, estamos terminando de metabolizar la tristeza producto de la  frustración futbolística por la pobre actuación de la selección nacional en el mundial de Rusia. Tristeza y frustración pero no sorpresa. Cuando se hacen todo el tiempo las cosas mal, seguro que todo sale mal. Una AFA con muchos dirigentes impresentables, un director técnico que se enorgullece de no planificar, de no estudiar y ni siquiera prestar atención a los potenciales integrantes de nuestro equipo, son una muestra palpable de este fenomenal desmanejo. Los jugadores merecen un capítulo aparte y dejo al periodismo especializado el comentario pertinente. A mí me queda la imagen de un Mascherano exhausto, anunciando entre sollozos su retiro de la selección argentina como contracara de las frívolas e irresponsables declaraciones de Sampaoli. Es síntesis, la dignidad por un lado y la caradurez por el otro. En lo político y económico parecería que los cambios operados en el gabinete nacional por el Presidente, a todas luces necesarios, han mejorado en algo la situación general pero no aparecen como suficientes para recobrar plenamente la confianza general. Está claro que buena parte de la bomba que dejó el kirchnerismo-cristinismo estalló. Para ello colaboró el cambio abrupto de ciertas variables internacionales como el aumento del precio del petróleo, la apreciación del dólar y el aumento de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos. También tuvo incidencia significativa la sequía en el campo argentino, que priva al país de un ingreso de divisas del orden de aproximadamente U$S 4200 millones. Asimismo, colaboró la inoperancia de algunos colaboradores cercanos al Presidente Macri. A ellos he de referirme más adelante. No hay duda que el mundo le da una nueva oportunidad a la Argentina. El acuerdo con el FMI y el tiempo en que el mismo se concretó es la mejor prueba de ello. Pero lo que hay que tener en cuenta y apreciar en su justa medida, es que hay sectores de la vida política y económica nacional que operan a diario para generar una crisis mayor. Adoradores de cristilandia, economistas neoliberales supuestamente ortodoxos y operadores del mercado financiero sembraron y persisten en sembrar desconfianza. A ellos se suman las declaraciones y gestos del Papa Francisco, quien según el historiador y profesor de la Universidad de Bologna Loris Zanatta manifiesta que “El Papa se reafirma en un rol político en la Argentina”. En este rol político aboga a favor de un populismo incendiario. Sus incontables fotos y reparto de rosarios a impresentables “figuras” que pululan en nuestro país, sus declaraciones respecto del proyecto de Ley de despenalización del aborto comparándola con los crímenes del nazismo y la insólita agresión de los monseñores Jorge Lugones y Oscar Ojea a la gobernadora María Eugenia Vidal y a la ministra Carolina Stanley en un acto pastoral público, son sólo algunas muestras de ese accionar político. El comportamiento descripto a favor de generar un incendio, no tiene otro objetivo que ganar en muy poco tiempo fenomenales ganancias financieras. Paralelamente se trata de recrear el espacio político para que reaparezcan ciertos dirigentes del pasado y se ofrezcan a apagar el fuego que ellos mismos produjeron. Cuesta entender como algunos políticos del oficialismo no explican con claridad esta situación a los ciudadanos de a pie. Es un secreto a voces que dentro de Cambiemos hay actores de peso que reclaman más cambios en el gabinete nacional. En este grupo se alinean Vidal, Rodríguez Larreta, Monzó, Frigerio y según fuentes confiables uno de los hombres de mayor  confianza del Presidente, Nicolás Caputo. Estos potenciales cambios apuntan a la Jefatura de Gabinete y persiguen trabajar ardua y coordinadamente para generar credibilidad que naturalmente lleve a recuperar la confianza. Esto tiene todo que ver con gobernar produciendo hechos concretos, dejando de lado declaraciones extemporáneas y por tanto innecesarias. Y sobre todo requiere más diálogo con todos los sectores responsables de la oposición. Es decir, más y mejor acción política. La discusión por el Presupuesto del 2019 es una excelente oportunidad para desarrollar una discusión seria y profunda, que permita sancionar una Ley tan importante razonablemente consensuada. Para terminar vale la pena mencionar que hace dos días la Cámara de Diputados de la Nación, con el voto unánime de los diputados presentes, convirtió en Ley la norma que establece, que todas las personas fallecidas son donantes de órganos, tejidos y células a menos que hayan expresado en vida su negativa a serlo. Esta ley, que tenía media sanción del Senado, tendrá vigencia a partir de la reglamentación por parte del Poder Ejecutivo. La ley “Justina” es un homenaje a la niña de 12 años, Justina Lo Cane que falleció el pasado 22 de noviembre de 2017 al no recibir a tiempo un corazón que reemplazara el suyo que venía fallando desde que tenía un año y medio. El emocionado y conmovedor aplauso que de pie brindaron todos los legisladores, sin importar su pertenencia política, a la familia de Justina nos da cierta esperanza de que no todo está perdido en nuestro querido país. El proyecto convertido en Ley, impulsado por la familia de Justina a través del senador Juan Carlos Marino resultó una caricia al alma de sus padres, hermanos, abuelos y amigos. Y según la inolvidable Eladia Blázquez una forma noble y bella de “honrar la vida”. Fernando Robles Analista político y economista Seguime en www.fernandorobles.com.ar

Dejar un comentario

Los campos marcados son requeridos *