Jueves 21 de Noviembre de 2024

La violencia


  • Domingo 02 de Diciembre de 2018
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“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve” (Martin Luther King)   Por Guillermo Pellegrini, Maestro Normal y Licenciado en Ciencia Política   La violencia es tratar de imponer u obtener algo por la fuerza. Es importante tener en cuenta que el concepto de violencia varía según la cultura y la época. Hay sociedades donde, por ejemplo, las mujeres son obligadas a casarse con el hombre que las elije o las compra, algo que para los occidentales es considerado violencia de género. En algunos países la pena de muerte es aceptada, pero muchas asociaciones consideran que quitar la vida en forma legal viola los derechos humanos. Cabe recordar que Mahatma Gandhi uno de los máximos exponentes de la no violencia, considera que no hay persona completamente libre de violencia ya que esta es inherente a la naturaleza humana. La violencia puede ser emocional mediante ofensas o amenazas. Por eso puede causar tanto secuelas físicas como psicológicas. Hace tiempo que la misma debería estar totalmente erradicada de la sociedad, que se dice civilizada, en cambio vemos que unos pocos siguen gritando, rompiendo y amenazando como si fuera el único medio y el resto debemos aguantar…! Internacionalmente los líderes de Hezbollah, ISIS, Hamas, Al Qaeda y demás grupos han seguido utilizando el terrorismo como manera de obtener concesiones en Europa. Un ingrediente de la violencia es la intolerancia, es la falta de consideración por el otro. También la discriminación dirigida a personas e instituciones de creencias diferentes es una forma de violencia. Sería muy extenso clasificar acá los distintos tipos de violencia, algunos tienen a través de los siglos un efecto profundo en la mujer, abortos selectivos según el sexo. Niñas  sometidas a la mutilación de sus genitales, golpeadas y vendidas; en épocas de guerra son tanto violadas por tropas enemigas como aliadas. En nuestro país se percibe un sentido machista de superioridad que molesta, margina permanentemente en la familia, el trabajo, el estudio y en la sociedad. Por supuesto que padre violento, familia violenta, engendra hijos violentos que se presentan en cualquier clase social. Hemos comentado que se vende un modelo en nuestra sociedad de éxito fácil, muchos sueñan con ello, cuando el conseguir un título, desarrollar una profesión, requiere esfuerzos y sacrificios que de no realizarlos puede fracasar, al sentirse frustrados algunos se deprimen y otros se vuelcan a la droga o el alcohol que a la larga los pone violentos, intolerantes y agresivos. En todo esto además del desarrollo económico juega la educación y la formación del niño en la familia para que pueda desarrollar recursos internos y metas que le permitan avanzar. Una persona que fue agredida, violada, secuestrada o presenció actos de violencia presenta de por vida, en mayor o menor grado, temor, culpa, desvalorización, odio, venganza, depresión, asco, aislamiento, ansiedad y sentido de ser diferente a los demás por lo que le ocurrió. Hay que tratar de evitar la violencia, esto trae atraso, rencor y tragedia, evitar la espiralización de la furia. No tengamos un Guernica americano. Situaciones sin resolver traen desesperanza y confusión, afectan la legitimidad, hay como una “fatiga de combate”. Se debería gobernar sin violencia, compatibilizar los intereses de la población, es saber administrar. La política es el manejo de lo probable en función del bien común. Sabemos que la política desde los orígenes de la historia genera tensión, crispación, Aristóteles decía que la política es la mayor de las pasiones en el ser humano; por eso mismo se deben manejar y administrar los conflictos evitando la violencia. Es la búsqueda de buenos acuerdos sobre todo en democracia, buscar las coincidencias y resolver las disidencias. La buena política es la capacidad de entender y atender la dinámica social y sus complejidades, que con la globalización cada vez serán más. Como dice Raymond Williams… “La tragedia no ocurre en tiempos de estabilidad o de conflicto, sino de cambio”. Debemos buscar en nuestra genética común que surgió de la adversidad y falta de cohesión una acción con responsabilidad; no nos podemos permitir la licencia de hacernos los distraídos ante situaciones críticas. La sociedad espera respuestas justas en el momento indicado. Es un acuerdo para evitar la violencia y la frustración, es acordar la conciencia ciudadana sin intervención de organismos extranjeros, de grupos de presión, sindicales o de corporaciones económicas, mas algunas de corte clerical que se suelen observar. Debemos manejar el dilema con entusiasmo y fe laica, reflexión y criterio. Otra cosa no hay.

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