EDITORIAL - Manzanares vivió “todo un acontecimiento”

El festejo Patrio tuvo este año una ocasión especial para los vecinos de Manzanares y de la localidad lujanense de Open Door. Sumado a la conmemoración del 204º aniversario de la Revolución de Mayo, la oportunidad fue más que propicia para celebrar la llegada del tren a estos lares que sufrieron casi dos décadas de no contar con este importante servicio. En la mañana del domingo, el pitar de la moderna locomotora del ferrocarril San Martín despertó con alegría a los habitantes de la zona, ya que con ese sonido daba por inaugurado y habilitado el servicio diario de la línea ferroviaria que partiendo de la estación Retiro, cada aproximadamente una hora, llega hasta la estación de Manzanares y la de Domingo Cabred, más conocida por el nombre del pueblo, Open Door. Para quienes peinamos más de una cana y transcurrimos en esta tarea tan honrosa como es el periodismo más de cinco décadas, realmente presenciar la llegada del tren a esta pujante localidad pilarense nos llenó de orgullo y a la vez emoción. Orgullo de ver que una popular barriada de nuestro distrito después de tantos años cuenta con un servicio tan importante y necesario y, emoción de poder ser testigos presenciales del evento, viniéndonos a la memoria viejos vecinos y amigos de Manzanares que tanto bregaron por su progreso y que no pueden testimoniar el acto, por lo menos con su presencia. Apellidos como los de Manzanares, Rey, Félix, Martignone, Benzonelli entre otros, nos vinieron a la memoria y por un momento sentimos el espíritu de ellos sobre nuestro cuerpo manifestando su alegría por este trascendental logro. Cada uno de ellos, por lo bajo y con una amplia sonrisa, nos resaltaban su alegría por la llegada, nuevamente del tren, pero también su tristeza de no participar de un acto protocolar como hubiera merecido la ocasión, con la presencia de autoridades de los distintos estamentos políticos, hecho que, seguramente se debió a las diferencias entre unos y otros que a pesar de representar a un mismo partido, las rencillas internas los separan. Pero entre todos hubo una gran coincidencia, fundamentalmente en lo que hace a la preocupación. Estos antiguos vecinos de Manzanares resaltaron que “todo está muy lindo, pero qué peligro muchachos si no habilitan URGENTE las correspondientes barreras para los dos pasos a nivel”. No nos sorprendió esta advertencia, por el contrario la compartimos, dado que efectivamente Manzanares está cortado al medio por el ferrocarril y, constantemente, tanto los automovilistas, los motociclistas como los ciclistas y los peatones, circulan de un lado a otro del pueblo debiendo cruzar, precisamente, por esos dos pasos a nivel para trasladarse de un  lado a otro. En fracción de segundos, las puertas de la formación ferroviaria se cerraron, el tren arrancó y los vecinos, los viejos, los nuevos y el espíritu de quienes ya no están, se quedaron mirando la partida con la esperanza de que aparezcan las barreras, se cumplan los horarios establecidos en el servicio y, los pasajeros cuiden las formaciones que, como se sabe, son de todos, las pagamos todos con nuestros impuestos y nuestras contribuciones, más allá de ideologías, circunstancias y situaciones personales. Que así sea.