Sábado 23 de Noviembre de 2024

¿Es el Fondo, es la Afa-Tapia-Sampaoli o somos todos?


  • Domingo 24 de Junio de 2018
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Las dificultades políticas y económicas por las que atraviesa nuestro país  encuentran en lo futbolístico un paralelismo que decepciona, pero no sorprende a gran parte de la sociedad. Cuando todavía nos aturde y entristece la lamentable actuación de la Selección argentina en el campeonato mundial de futbol de Rusia, a muchos ciudadanos de a pie no nos invade la sorpresa. La historia reciente, vinculada a la reorganización de la Asociación del Fútbol Argentino nos mostró cambios en su conformación que se hicieron para que nada cambie. Cuando las cosas se hacen mal es por demás previsible que todo salga mal. El fútbol local es una estafa al espectador aficionado que concurre a los estadios y paga, a veces haciendo un gran esfuerzo económico, una entrada. Acceder a los estadios, lograr ubicarse civilizadamente en el lugar por el que se pagó y el estado de las instalaciones, en particular los baños, resultan en la práctica un maltrato sistemático al sufrido hincha local. En lo que concierne al juego en sí, cabe remarcar que los partidos se disputan sin la presencia de la hinchada que sigue al equipo visitante. En síntesis, lo señalado sumado al cansino desplazamiento que generalmente exhiben los 22 jugadores en cada partido que se juega, constituye a mi juicio una defraudación y una falta de respeto por parte de los dirigentes, los técnicos y los jugadores hacia el aficionado. Esto es producto de la malversación de los cuantiosos recursos que maneja el futbol profesional en nuestro país. La responsabilidad le cabe sin duda a la dirigencia. La reventa de entradas en el Mundial de Brasil por parte de dirigentes, la votación empatada en la elección de la AFA cuando el número de los votos en juego eran impares, dirigentes y empresarios presos por el FIFA Gate son algunas muestras del desmanejo y malversación. La frutilla del postre fue nombrar a un técnico, en la mundialmente prestigiosa selección Argentina, sin personalidad que se ufana de no planificar, estudiar y observar en el apasionante mundo del fútbol. Los resultados están a la vista. En lo dirigencial la reorganización de la AFA terminó en el reemplazo de una cantidad de impresentables por otro conjunto de impresentables. En este proceso el gobierno de Cambiemos tuvo oportunidad de influir para mejorar las cosas y no hizo nada al respecto. En el curso de las negociaciones tuvo participación el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis. Al cuadro descripto precedentemente también hemos contribuido los aficionados al hermoso deporte que es el fútbol, ya que en lugar de exigir mejores condiciones y garantías para llevar a cabo cada espectáculo, nos conformamos naturalizando la mediocridad y falta de profesionalismo que impera en este deporte tan lucrativo. Trazar un paralelismo con hechos que acontecen en la política y la economía es inevitable. En lo económico la falta de idoneidad de algunos funcionarios del gobierno en su desempeño, ampliaron para mal ciertos cambios que se produjeron en lo económico y financiero a nivel nacional e internacional. La conferencia de prensa del 28 de diciembre de 2017 puso al descubierto las desinteligencias y desconocimiento sobre el comportamiento de los mercados financieros por parte de varios funcionarios. A la incapacidad exhibida por el directorio del Banco Central de la República Argentina, se sumó la superficialidad de los integrantes de la Jefatura de Gabinete y la sub–estimación del Ministro de Economía con relación a cambios externos e internos le generaron al Presidente Macri una tormenta casi perfecta. El fortalecimiento en el mundo del dólar, la suba de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal, el demagógico impuesto local a la renta financiera votado por casi todos los sectores del Parlamento y el congelamiento de tarifas, provocó la corrida cambiaria por todos conocida. Palabras repetidas con superficialidad y a veces irresponsabilidad como “planificación”, “esquema”, “seguimiento adecuado”, “lo que se viene será mejor”, “la situación está controlada”, coinciden respecto del fútbol y la vida política, económica y social. Expresiones muy poco cuestionadas por los ciudadanos de a pie. Tenemos que alejarnos de la propensión a la naturalización facilista. El convenio con el Fondo Monetario Internacional pone en peligro a la Patria según lo pregonado por el kirchnerismo-cristinismo, algún peronismo  y la “progresista “izquierda vernácula. Es decir, cierta oposición irresponsable desconoce la reiterada costumbre de la mayoría de los argentinos: gastamos más de que lo que ganamos. Vale la pena hacer referencia a la Ley de Congelamiento de tarifas de los servicios públicos que fuera concretada por los diversos y dispersos sectores del peronismo. Cabe recordar que el veto presidencial hizo que esta ley no prosperara. Pero también es bueno recordar que las primeras críticas públicas respecto del aumento de las tarifas provinieron de la diputada Elisa Carrió. La intachable dirigente, fundadora central de Cambiemos e incansable luchadora contra la corrupción, tal vez debería, en algunos casos cambiar sus métodos de accionar político. Sus respetables planteos internos críticos sobre la política y la economía, podrían resultar más positivos si se los hiciera en la mesa chica de la Coalición Cambiemos. Sobre todo en momentos en que la coyuntura aparece ante la opinión pública como delicada y requiere la máxima sensibilidad de parte de los dirigentes que nos representan. También se dio una situación similar la semana pasada, al concluir el debate y votación de la media sanción en la Cámara de Diputados del proyecto de ley sobre despenalización del aborto. En esa ocasión la diputada Carrió, descontenta y enojada con el resultado contrario a lo que ella votó, amenazó públicamente con romper con la coalición Cambiemos. Ello fue manifestado en momentos en que persistía la corrida cambiaria. Esas declaraciones públicas, por muchos naturalizadas, no aportan nada positivo a la gestión del actual gobierno. Hacerlas en un contexto reducido de dirigentes, incluido el Presidente,  podrían contribuir sin duda al gobierno a no correr los problemas de atrás procurando buenas soluciones a los diversos problemas que preocupan a los argentinos. Fernando Robles Analista político y economista Seguime en www.fernandorobles.com

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