A la razonable suba del valor de los productos, este año se percibe un marcado aumento en la oferta y diversidad de elementos decorativos, así como también en la brecha de precios.
Con el mes de diciembre a la vuelta de la esquina y las fiestas en camino, los comerciantes ubicados en el centro de Pilar han desplegado definitivamente sus arsenales de productos decorativos para la llegada de la Navidad.
Asimismo, los precios han aumentado respecto del año anterior, en un movimiento razonable que sin embargo no parece haber reparado en la cantidad de oferta y variedad de los artículos.
Uno de las novedades principales está relacionada, paradójicamente, con el elemento más clásico de las fiestas: el árbol de Navidad. Los comerciantes, que en 2013 habían dado una vuelta de tuerca al armado del mismo ofreciéndolo directamente finalizado, ya comercializan los distintos elementos pero no desplegaron aún los precios de esta modalidad que alcanzó los 130 y los 995 pesos, según su tamaño, el fin de año pasado.
Para los clientes más clásicos, los árboles sin adornar presentan precios de 37 pesos para el tamaño de escritorio, 70 pesos para el de medio metro, 149 para el de un metro, 450 para el de metro y medio y 763 para el “imperial”, mientras que en 2013 los precios rondaron entre 58 y 550 pesos.
Cabe destacar que no sólo la oferta genera una brecha entre precios, sino también la competencia entre comercios, que no reparan a la hora de fijar los precios que consideran adecuados para cada producto.
Un ejemplo de este desfasaje de precios se encuentra también en los tradicionales pesebres, ya que la escena completa a tamaño reducido se consigue por unos 55 pesos por figura suelta, en un valor similar al de las últimas fiestas, y el pesebre armado alcanza cotas de 1230 y 2200 pesos, cuando en 2013 eran de 770 y 1450.
Las denominadas opciones “gigantes” alcanzaban cifras desorbitadas en 2013 y recrudecieron este año, habituadas a subas de casi el doble, ya que costaban entre 770 y 1450 pesos. Sin embargo, el aumento de más del 50 por ciento lo convierte en una oportunidad prohibitiva para los bolsillos regulares.
Asimismo, elementos adicionales como luces y estrellas presentan precios más complementarios. La luminaria básica ronda los 60 y 175 pesos según el tipo de luz, a diferencia de 2013, cuando se conseguían a unos 40 pesos.
Si se le añade música el valor aumenta hasta un tope de 250 pesos. Las estrellas, por su parte, no registraron variaciones significativas y figuran en valores entre 20 y 45 pesos, contra los 10 y 39 pesos del año anterior.
Asimismo, los elementos de decoración se presentan en diversos tipos. Los comerciantes ofrecen serpentinas por 5 o 6 pesos, guirnaldas frondosas conocidas como Nametas a 10 o 12; kits de bolas por seis unidades a 12 pesos, y por doce unidades a 59, y moños entre 15 y 39 pesos.
Finalmente, en el exterior los adornos para la puerta rondan los 20 y 117 pesos, las cintas llegan a 29 y las estrellas fugaces, producto estrella de los comerciantes, se venden a 120 pesos.
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