Tuvo una diferencia entre ingresos y gastos de -2 mil millones de pesos. Jujuy y Neuquén también tuvieron déficit. Aún con saldos positivos, en casi todos los distritos se deteriora este parámetro económico respecto al año pasado.
Un informe privado sobre las cuentas provinciales del primer trimestre de este año comprobó un deterioro de la situación fiscal de las provincias, en comparación al mismo período del año pasado. Y Buenos Aires integra el lote de tres distritos que arrojan resultados negativos en ese lapso, junto a Jujuy y Neuquén, que se explican por el crecimiento de los gastos totales por encima de los ingresos.
En el caso de la principal provincia del país, el salto fue notable: pasó de un enorme superávit de 6.093 millones de pesos en el primer trimestre de 2014 a un déficit de 2.090 millones este año.
El dato es importante para entender porqué en la comparación interanual el superávit consolidado de las provincias estudiadas cayó de 17.884 millones de pesos el año pasado a 11.519 millones en 2015. Es una disminución nominal del 36 por ciento.
Se trata de un trabajo de la consultora NOAnomics, que estudió información oficial de 16 provincias. El hecho de que en los distritos crezcan más los gastos que los ingresos es típico de un año electoral.
Si se toman en términos totales los números de las jurisdicciones analizadas, la brecha entre ambos es de 10 puntos porcentuales, expandiéndose los gastos al 41% y los ingresos al 31%. “Esto contrasta con lo que se percibía el primer trimestre del año pasado: una brecha del 6% pero a favor de los ingresos (43% versus un 37% de los gastos)”, explica el trabajo.
Y aporta otro dato: que la brecha también es notablemente diferente respecto al último año electoral, el 2013, porque a pesar de este hecho político aquella vez los ingresos provinciales también aumentaron más que los gastos (36% versus 29%).
“A diferencia de lo que ocurrió en 2013, las provincias no han podido evitar en lo que va del año, sucumbir a la tentación de aumentar significativamente el gasto público con motivos electorales. Seguramente la explicación deba hallarse en que en 2015 hay más en juego que en las legislativas de hace dos años, incluyendo algunas reelecciones o ‘sucesiones’, además de un gobierno nacional que ayuda a ‘aliados’ y quiere evitar a toda costa irse en el medio de una recesión basando sus políticas de reactivación en cebar el consumo y ampliar la obra pública”, explica el estudio.
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