Roberto Carlos Torres reside en Pilar desde niño. Nació en Capital Federal el 21 de octubre de 1932.No conoció a sus padres. Fue derivado al Hogar Martin Rodríguez, un Instituto de Menores de la localidad de Mercedes, para ser trasladado pocos años después al Instituto Carlos Pellegrini de Pilar, donde hizo la primaria y sus estudios secundarios. Fue precisamente allí donde nació su pasión por el atletismo, participando exitosamente en torneos intercolegiales.
Terminados sus estudios siguió en el Pellegrini como profesor de natación y gimnasia, mientras estudiaba enfermería. Ya como enfermero, se desempeñó en la profesión durante muchos años, colaborando con el recordado doctor Gregorio Ferrá –médico del Pellegrini-, para más tarde emplearse en el laboratorio del Dr. Norberto Redolfi.
En diálogo con Resumen, Torres recordó que el doctor Ferrá le recetó unas vitaminas con energizantes para que mejorara su rendimiento físico, que según el facultativo “eran las que tomaba el boxeador Oscar Ringo Bonavena”.
También fue bombero voluntario de Pilar, donde actualmente reviste en el cuerpo de reservistas. Desde hace seis meses participa de las actividades del Hogar de Día, en el Centro de Jubilados y Pensionados de la calle San Luis, donde concurre de lunes a viernes desde la mañana, hasta las 6 de la tarde, cuando regresa a su casa.
“Acá me conocen como ‘el hombre múltiple´, por todas las actividades que hice en mi vida y soy un campeón haciendo sopa de letras -apunta el veterano maratonista, que corrió su última carrera hace dos años, cuando ya tenía 90 años-.
“Corrí los 5 kilómetros de “Pilar Corre”, la prueba que organizó el Municipio junto a la Cámara de Comercio – recordó Torres-. Pude terminar el recorrido sin problemas y recuerdo que tuve más felicitaciones y aplausos que los ganadores de la carrera. Fue una manera de cumplir con una frase que me acompañó durante toda mi vida: se puede correr hasta que uno quiera”.
Esta fue la última competencia en que participó el atleta, la anterior había sido en Villa Astolfi en 2020. Seis años antes, en 2014, el veterano atleta recibió el reconocimiento de la comunidad pilarense al ser bautizado el Corredor Aeróbico de Pilar, con su nombre. “Logré lo que quería, ser un deportista reconocido”, expresó emocionado Torres.
La dilatada carrera como deportista de Roberto Carlos Torres le deparó varios sobrenombres: "Ñandú Criollo" por su parecido a Juan Carlos Zabala, atleta argentino campeón olímpico en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932. También era conocido como "el Correcaminos", "El Señor del Atletismo" y "El Legendario”.
El pilarense tuvo la oportunidad de correr con Zabala ya campeón en una competencia que se hizo en Pergamino. “Fue un honor haber corrido con él”, reconoció el deportista.
Durante los Juegos Panamericanos de 1992 disputados en Mar del Plata, Torres, ganador de tres ediciones del Maratón de los Barrios (Mendoza y dos veces en Mar del Plata), fue uno de los elegidos para llevar la antorcha olímpica
Dentro de sus hitos más recordados, el atleta recuerda cuando corrió y ganó tres competencias en un mismo día: "Fue un 12 de octubre cuando empecé a la mañana con 10 kilómetros en el Deportivo Español; a la tarde corrí en Bella Vista otros 10 mil metros y terminé a la noche ganando el circuito de la cancha de Atlanta en Chacarita, cubriendo una distancia de 8 kilómetros", rememoró Torres, que también recordó a nuestro medio -con algo de humor- cuando tuvo la oportunidad de participar junto a Osvaldo Suarez –el mejor atleta federado en su momento-, invitado a participar de un maratón en Ushuaia.
“Yo fui invitado como mejor corredor libre, pero desistí de ir porque el viaje era en avión. Siempre tuve mucho miedo de volar”, confesó el atleta a Resumen.
A principios de los ’90, crea la Asociación Atlética de Pilar, que luego llevaría su nombre, donde se formaron y compitieron cientos de pilarenses. Lamentablemente la entidad deportiva hace años que está inactiva.
Más allá de todas sus actividades y profesiones ya comentadas, Torres nos contó una más para seguir sorprendiéndonos: cuando integró un grupo vocal de música de jazz en el Club Atlético Pilar.
“Nos llamábamos ‘Los cinco mozos´, éramos cuatro cantantes y un pianista llamado Bergessio; mis compañeros de canto eran Hoyos, Oberti y Gómez. Participamos en varias fiestas patronales en Pilar y dentro del repertorio jazzístico, también hacíamos temas de cantantes del momento como ‘el pity,pity’ de Billie Caffaro”, recordó.
Años después, con su esposa ganaron bailando tango, un concurso en el ex Comedor Escolar, en un espectáculo a beneficio de la Cooperadora del Hospital Sanguinetti. “El entonces intendente Beto Ponce, nos entregó el trofeo", recuerda con orgullo Torres.
Roberto Carlos Torres estuvo casado con Julia Filippi –ya fallecida- y tuvo un hijo Néstor Javier que le dio tres nietos y dos biznietos. “Uno de mis nietos, Ernesto Javier está practicando atletismo en el grupo que dirige Miguel Caldara, el Caldara’s Team –cuenta con orgullo Roberto- así que la continuidad de los Torres en el mundo del atletismo, está asegurada”.
Oscar Mascareño
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