La visión que se suele tener del deportista desde afuera a veces llega hasta a ser simplista y se pierde de vista que son personas que pasan por los mismos problemas que todos y que se ven sobrepasados por algunas situaciones.
Un claro ejemplo de esto es el tercera línea pilarense Santiago Grondona, quien confesó en una nota con Scrum que estuvo cerca de resignar su carrera como profesional por lo que le estaba costando adaptarse al entorno.
Esta situación se dio cuando tenía 20 años y comenzaba a demostrar toda su potencia y se proyectaba como un gran valor para la estructura del rugby argentino. Y el momento desencadenante en esta situación se dio cuando recibió el llamado para sumarse a Jaguares y sorprendió al optar por darle la espalda y quedarse en Champagnat.
“El 2018 fue mi año. Cumplí mi sueño de jugar un Mundial Juvenil, hacer una gira con Argentina XV y Los Pumas en noviembre. Además, me llega la oferta de arrancar en Jaguares en 2019. Gonza Quesada me convoca para arrancar la pretemporada, pero en Navidad lo llamé y le dije que no estaba listo para empezar, necesitaba frenar un poco y ver lo que quería en verdad. Decidí ese año dejar el profesionalismo”, manifestó Grondona.
“Me sentía muy raro, quería ser el Santi de siempre, el mismo desde que tenía 15 años hasta ahora. Te empezás a hacer más conocido y no sabía cómo tomármelo al principio, me sentí incomodo y tomé esa decisión”, agregó.
Tras una temporada en Champa, revirtió su decisión, y ya netamente decidido se sumó a la franquicia argentina para luego desembarcar en el Viejo Continente, donde actualmente es una fija en el pack de forward de los Bristol Bears de la Premiership.
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