Franco Colapinto se prepara para volver a competir en la Fórmula 1 con el Gran Premio de Imola, en lo que será su debut oficial como piloto titular de Alpine. Tras desempeñarse como piloto de reserva en las primeras fechas del calendario, el pilarense ocupará la butaca que hasta ahora pertenecía a Jack Doohan, y conformará dupla con el francés Pierre Gasly. Su regreso, sin embargo, está lejos del triunfalismo: Colapinto asume el desafío con entusiasmo, pero también con realismo y objetivos concretos.
“Estoy muy contento de volver a la Fórmula 1. Era mi sueño desde chico y tener otra oportunidad es muy lindo después de tanto trabajo y momentos complicados en 2024. Estoy con muchas ganas”, expresó en diálogo con ESPN. El joven de 21 años tiene una historia especial con el Autódromo Enzo e Dino Ferrari, escenario del Gran Premio de Emilia-Romaña: allí logró victorias en Fórmula 2 y Fórmula 3, incluyendo un recordado sobrepaso a Paul Aron, hoy su compañero en Alpine como piloto de reserva.
Respecto al momento en que se enteró que sería piloto titular, Colapinto detalló: “Había posibilidades, pero después de Miami me llamaron y me dijeron que iba a correr. Yo ya estaba preparado, venía trabajando en el simulador, ayudando al equipo en la puesta a punto”. También tuvo palabras para su antecesor: “Jack es muy buen pibe. Es una lástima, la Fórmula 1 es muy dura, y nunca uno elige cuándo subirse”.
En cuanto a sus expectativas inmediatas, Colapinto fue cauto: “Quiero hacer las bases bien, los procedimientos, todo lo que el equipo me indique. No conozco el auto, tengo que empezar de cero. Hay tres prácticas, y eso me va a ayudar mucho. Pierre (Gasly) es la referencia del equipo, y el objetivo es contribuir a que Alpine vuelva a estar donde debería”. Con humor, agregó: “Si escuchás a Carlos (Sainz) y a Lewis (Hamilton), que se quejan, a mí me tienen que dar cinco años…”.
El piloto argentino confirmó que disputará al menos las próximas cinco fechas del campeonato —Imola, Mónaco, España, Canadá y Austria—, aunque dejó abierta la posibilidad de continuar: “Va a tomar algunas carreras agarrar ritmo y poder maximizar el auto, probablemente más de cinco”.
En la conferencia de prensa previa al GP, compartida con Oscar Piastri (McLaren) y Lance Stroll (Aston Martin), Colapinto reiteró que su enfoque será progresivo: “Como piloto quiero ir paso a paso, no conozco el coche. Nuestro rendimiento cambia de un circuito a otro. Hasta que no haga las prácticas libres no tendremos una idea clara de dónde estamos”.
Sobre su trabajo como piloto de reserva y su adaptación al equipo, explicó: “Probé el auto de 2023, hice algunos tests, lo que me permitió acostumbrarme un poco más al equipo, entender cómo trabajan. Es todo muy diferente. Más allá del set up, hasta las herramientas que usamos arriba del auto son distintas. Estoy arrancando de cero y creo que vamos a llegar a una buena posición”.
Franco no esquivó las emociones ni las referencias personales. En su reencuentro con Imola, recordó a Juan María “el Flaco” Traverso, a un año de su fallecimiento, y a Ulises Panizza, camarógrafo de ESPN recientemente fallecido: “Ojalá nos estén apoyando desde arriba”. También compartió una anécdota personal sobre su juventud en Italia: “Cuando era chico, mis viejos me mandaron solo a Italia. No sabía hablar italiano, ni lavar la ropa. ¿Si aprendí? No, todavía no…”.
El cariño de los fanáticos también fue tema de conversación. “Los argentinos somos muy pasionales con los deportistas. La gente hizo un gran esfuerzo por apoyarme. Era mi sueño llegar, y lo logré”, afirmó.
Sobre su nueva relación con un equipo francés, no faltó el chiste: “Es complicado después del Mundial… quedaron chispas, más del lado de los franceses. Nosotros no tenemos problema, porque les ganamos”.
Más allá del tono distendido, Colapinto dejó en claro que su ambición no se agota en estar en la F1: “Mi objetivo no es solo volver, sino tener buenos resultados, ayudar al equipo y poner mi granito de arena. Quiero dar un paso más”.
Con los pies en la tierra, pero el corazón en la pista, el joven de Pilar inicia una nueva etapa en la Máxima con un mensaje claro: hay mucho por aprender, pero también mucho por construir.
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