Con el propósito de fortalecer la identidad pilarense y rescatar su memoria colectiva, el Museo Histórico de la Parroquia Nuestra Señora del Pilar volvió a abrir sus puertas tras un largo período de inactividad. Ubicado en Belgrano 772, en pleno casco histórico, el edificio forma parte del patrimonio religioso y cultural del distrito, y alberga objetos que reflejan la vida del pueblo desde el siglo XIX.
Durante casi dos décadas el museo permaneció sin reformas ni actualizaciones, lo que limitó su funcionamiento. La reciente puesta en valor permitió recuperar su estructura, modernizar las instalaciones y reorganizar su acervo, para ofrecer a los visitantes una experiencia más completa.
El espacio estará abierto al público los fines de semana, de 10 a 13, mientras que los días hábiles se reservarán para visitas de instituciones educativas. En las salas se pueden apreciar misales antiguos, entre ellos el utilizado en la inauguración del templo en 1856; imágenes religiosas, obras de arte, hábitos, instrumentos musicales y documentos históricos que narran la evolución de la comunidad pilarense.
La reapertura se logró gracias al acompañamiento del Colegio Parroquial Nuestra Señora del Pilar, cuyos alumnos realizaron y donaron pinturas inspiradas en el antiguo pueblo. Además, colaboran con la creación de una página web, redes sociales y un sistema digital para catalogar las piezas del museo, herramientas que permitirán ampliar la difusión del patrimonio local.
La nueva gestión propone convertir el museo en un espacio cultural dinámico, capaz de integrar arte, historia y educación. Se prevé la realización de exposiciones temporales, conferencias de historiadores locales y concursos de fotografía y pintura dirigidos a estudiantes de la zona.
Entre los próximos objetivos figura la mejora de la iluminación, la señalización y la disposición de los objetos, así como la incorporación de códigos QR que conecten la visita con información sobre el templo y sus altares. De este modo, se busca conformar un pequeño complejo museográfico que integre el edificio religioso con el museo histórico.
El equipo del museo invita a la comunidad a participar en esta nueva etapa, ya sea mediante la donación de objetos antiguos, el aporte de tiempo como voluntarios o la colaboración económica. También se creó el grupo Amigos del Museo del Templo para canalizar contribuciones y mantener informados a los interesados.
Con esta reapertura, Pilar recupera un espacio emblemático donde la historia, la cultura y la fe se unen para preservar la memoria del lugar y proyectarla hacia las nuevas generaciones.
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