Martes 03 de Diciembre de 2024

11 de mayo, invitación a releer el himno


  • Domingo 19 de Mayo de 2019
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Cuando tratamos de evocar hechos relacionados con la historia, en general, y muy especialmente de la historia de nuestro país descubrimos que tenemos que hacer un importante esfuerzo para poder ubicarnos en las circunstancias precisas en que sucedían dichos acontecimientos. El tiempo y la costumbre han hecho que consideremos como obvios y naturales ciertos datos. Por ejemplo entender el desafío que suponía para los jóvenes de entonces calificar “de enemigos e invasores” a los españoles con quienes los unían lazos de filiación fortísimos. Imaginar y proyectar en el tiempo el hecho de estar dando nacimiento a una “nueva nación” era seguramente algo extremadamente conmocionante, perturbador, algo casi fantástico que exigía al mismo tiempo enormes responsabilidades concretas. Tratando pues de revivir imaginariamente, el estado espiritual de aquellos hombres y mujeres (la mayoría eran muy jóvenes) nos asomamos a la escena en la que un joven abogado de 26 años escribía febrilmente esos versos con los que nos seguimos sintiendo identificados. La tradición cuenta que fue de noche, de regreso de una representación teatral, y nos da una fecha precisa: el 8 de mayo  de 1811. Lo poseía, sin duda, una poderosa exaltación y una profunda emoción. Estamos hablando de Vicente López y Planes, por entonces auditor del ejército del norte y futuro protagonista de la compleja historia de la primera mitad del siglo XIX. Aquellos eran momentos difíciles, sin duda, pero, esperanzados. No mucho tiempo después los cambios en la política exterior (regreso al poder de Fernando VII, caída de Napoleón, surgimiento de la Santa Alianza) harían necesario  recurrir a esfuerzos extraordinarios y a una inconmovible convicción para continuar con la lucha emancipadora. Debemos destacar que en 1811 el propósito independentista era incontrovertible y así lo traduce la letra de lo que por entonces sólo era una Marcha Patriótica, no hay otra lectura posible para versos tales como “Se levanta a la faz de la tierra / una nueva y gloriosa Nación / coronada su sien de laureles / y a sus plantas rendido un león”. En el  Himno se insiste en dar a los habitantes de estas tierras el nombre de “argentinos”, que no era nuevo pero sí totalmente inusual y empleado sólo en textos literarios. Puede asegurarse que el nombre de nuestro país quedó plasmado en estos versos que adquirieron así el carácter de un  gesto inaugural importantísimo para la constitución de nuestra identidad nacional. La Asamblea del Año XIII A la Asamblea del Año XIII le cupo la tarea de sincerar en buena medida una situación  que resultaba por lo menos contradictoria. El propósito independentista de la Revolución de Mayo había ido afianzándose día a día, sin embargo, como no se formulaba abiertamente entraba en contradicción con ciertos hechos, pues, por una parte, se combatía con los españoles a quienes, como dice López y Planes se tildaba de invasores y por otra parte, se recurría al argumento de estar gobernando en nombre de Fernando VII por entonces prisionero de Napoleón. La urgencia por sincerar la situación  llevaría en 1812 a Manuel Belgrano a crear y enarbolar una bandera, acto que no fue autorizado en ese momento. La creación del Himno se inscribe dentro de esta serie de hechos que buscaban dar señales concretas y claras del nuevo estatuto de nuestra tierra. Estos hechos si bien pueden considerarse simbólicos tienen y han tenido enorme eficacia en el orden de los hechos reales. Así los deben de haber concebido sus autores. Estaba claro que en los versos de López y Planes de lo que se hablaba era de “una nueva Nación”. La Asamblea del año XIII, cuyos actos se orientaban en esa dirección estableció por Decreto Soberano del 11 de mayo de 1813 que las estrofas redactadas por V. López y Planes dos años antes fueran consideradas la única Marcha Patriótica en las Provincias Unidas. La letra de la canción elegida no dejaba lugar a dudas en cuanto a cuál era el propósito de quienes ejercían el poder en ese momento. En cuanto a la música de nuestro himno, como todos sabemos, fue compuesta por un músico español, Blas Parera, de quien sólo se sabe que participó en la defensa y reconquista de Buenos Aires en ocasión de las Invasiones Inglesas y que en 1817 regresó a España donde falleció en 1840. La historia posterior El himno que nosotros cantamos actualmente se reduce al coro y a dos cuartetas de la canción original: la primera y la última. Esto fue establecido por un decreto del Poder Ejecutivo Nacional del 30 de marzo de 1900. Probablemente hayan determinado tal decisión razones de orden práctico, dada la extensión del poema original pero también podemos suponer el de obviar toda alusión antiespañola que en las nuevas circunstancias dejaban de tener sentido. También la música original fue modificada. La versión actual tiene los arreglos de Juan Pedro Esnaola (1808-1878) y fue aceptada oficialmente el 25 de septiembre de 1928. Bien o mal cantado, nuestro Himno se ha convertido en más de una oportunidad en prenda de paz, disipando a veces, al menos momentáneamente, conflictos y enfrentamientos entre diferentes grupos. Sería deseable detenernos de tanto en tanto en el sentido de sus versos, los que cantamos y los otros, que no deben olvidarse y rescatar como principio irrenunciable para nuestro país el de ser efectivamente una Nación Soberana y el espíritu de fraternidad americano, que ellos expresan. Por eso no nos parece inoportuno releer aquellos versos escritos al calor de una lucha acuciante y salvando ciertos anacronismos rescatar el espíritu fundacional que los recorre. E.R.  
Un testimonio significativo Cuando de indagar en el pasado se trata los historiadores recurren a diferentes fuentes testimoniales, entre otros los relatos de viajeros, quienes aportan una mirada que no por ser de un extraño dejan de ser valiosas. Tal es el caso  de un viajero norteamericano, Brackenridge, quien cuando viajaba en 1817, en un pequeño barco de Montevideo a Buenos Aires escuchó, en el transcurso de la travesía las estrofas del Himno coreadas espontáneamente por los otros viajeros  oriundos del país. Este dato nos habla de que la canción era sentida como representativa del espíritu de Mayo por los hombres y mujeres, en su mayoría criollos, que de una u otra manera participaban de la gesta revolucionaria. No era solamente un acto de gobierno, (había sido aprobada por la Asamblea del Año XIII), sino que una parte importante del pueblo había elegido como propia esa canción cuya música había sido compuesta por el músico español, Blas Parera.
Vicente López y Planes: (1785-1856) Abogado, poeta y político argentino, recordado fundamentalmente por ser el autor de la letra del Himno Nacional Argentino. Luchó contra las invasiones inglesas (1806-1807) y participó en el movimiento independentista. Ocupó diversos cargos públicos. Fue diputado en la Asamblea del año XIII y Secretario de los directores Balcarce y Pueyrredón, en 1827 fue presidente provisional de la República y durante el gobierno de Rosas, presidente del Tribunal Supremo de Justicia. Después de Caseros fue nombrado Gobernador de Buenos Aires, donde murió en 1856.

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