Corría el año 1963 y la Argentina era gobernada por una alianza (cívico – militar) que derrocó a Arturo Frondizi, quien había logrado su victoria electoral de 1958 gracias al apoyo del peronismo, proscripto desde el golpe de estado de 1955, con su partido, la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), el 29 de marzo de 1962.
Sin la participación del movimiento creado por Juan Domingo Perón, con un porcentaje superior al 19 por ciento de votos en blanco, las elecciones del 7 de julio de 1963 y la convocatoria del Colegio Electoral (elecciones indirectas), para el 31 de julio de 1963 dieron ganadora a la fórmula de la Unión Cívica Radical del Pueblo, encabezadas por el Dr. Arturo Humberto Illia como presidente y Carlos Perette como vice, que se impuso a la fórmula Oscar Alende – Gelsi (UCRI) y la de Aramburu – Thedy (UDELPA).
En Pilar, donde también estaba proscripto el peronismo, logró la victoria la Unión Cívica Radical del Pueblo, con 4718 votos, siendo electo por el Concejo Deliberante, el primer candidato a concejal Andrés (Yayo) López, acompañado en el legislativo por Francisco Sobrero, Francisco Torres, Félix Tropiano, Domingo Etchart, Miguel (Coco). Rodríguez, Ángel Aguirre, Rubén Martinelli y Francisco Vennari.
El gobierno de López se caracterizó especialmente por su transparencia y honestidad, según lo hemos comprobado en nuestra adolescencia y la afirmación de la mayoría de los pilarenses que vivieron esa época.
La honestidad y la sencillez tanto del jefe comunal como de sus colaboradores, entre los que se recuerdan a su secretario privado, Darío Vergani, su secretario de Gobierno Armando Echave, de Obras Públicas Félix Tropiano entre otros, propia además de los políticos de entonces, fue la principal virtud del último gobierno radical en Pilar, que junto al nacional, fue derrocado por la revolución de Juan Carlos Onganía el 28 de junio de 1966.
Una característica muy comentada de López, eran los “accidentes” que prácticamente a diario tenía con sus trajes ya que se movilizaba con un vehículo municipal que el mismo manejaba, una Pick Up Ford de los años ´60 que tenía la manija del levanta vidrios deteriorada y dos por tres se le rompían los sacos.
El equipo de trabajo que acompañaba a “Yayo” en el gabinete recorría los barrios, transitaba las calles y supervisaban las obras siempre juntos, así también asistían a reuniones y eventos con los vecinos.
Durante su gestión se construyó la planta depuradora de residuos cloacales que aún funciona en la calle Champagnat y se encaró el tendido de agua corriente y cloacas en el centro y barrios de Pilar, mediante un convenio con el Banco Provincia que les financiaba la obra a los vecinos, que pagaban por el frente de sus propiedades.
Otra de las importantes obras encaradas por el gobierno radical, fue la creación de la Cooperativa Pavimentadora del Partido de Pilar, mediante un consorcio entre Municipio, cooperativa y vecinos, integrada entre otros por René Guida, José Jauand y Antonio Haiek y como gerente Augusto Zamarripa. Esta entidad por la cual pasaron como capataces vecinos como José Fassio, Atilio Toppazzini y Ramón Quirós, entre otros, en consorcio con la Comuna preparaba las calles a asfaltar, construía los cordones y cunetas, entoscaba las mismas con la maquinaria municipal, y luego contrataba la empresa proveedora del material caliente (pavimento) que con sus máquinas terminaba la tarea.
La primera en inaugurarse fue la calle San Martín entre la Ruta 28 y la calle Moreno, luego fue Víctor Vergani entre Ruta 8 y Pedro Lagrave, Ituzaingó entre Ruta 8 y Pedro Lagrave; más tarde Hipólito Yrigoyen entre Víctor Vergani y Ruta 8, así como toda la extensión de la Musladini detrás de la estación del Ferrocarril San Martín, varias cuadras trasversales en lo que es el barrio Villa Verde, así como otras arterias de localidades del distrito como Derqui, Tortuguitas y Del Viso.
Se logró también la concreción por parte de la Provincia, merced a la gestión del entonces dirigente radical y diputado provincial José Haiek, de estrecha relación con el gobernador Anselmo Marini, la construcción de la Escuela Nº 26 en el centro de Pilar.
Una obra de envergadura se inició durante el gobierno de López, muy criticada por cierto por los agoreros de entonces y truncada por la caída del gobierno radical: la construcción de un balneario municipal a la vera del puente de la Ruta 8 del Río Luján, que se hizo una pileta de natación, cuyas paredes tienen “su descanso eterno” a un costado de las aguas del río, habiendo colaborado en las obras el Regimiento de Ingenieros de Campo de Mayo, con la colocación entre otras cosas, de un puente de hierro provisorio, para poder desviar las aguas.
El 28 de junio de 1966, López, sus concejales y su gabinete, presentaron su renuncia al cargo con la seguridad del deber cumplido y el sabor amargo de tolerar otra interrupción del poder político de la democracia que, por otra parte, autoridades del mismo Ejército, manifestaron su arrepentimiento.
Vale destacar que Andrés “Yayo” López fue uno de los pocos funcionarios que renunció a su jubilación como tal, limitándose en su momento a su jubilación común como trabajador autónomo.
Por Augusto Zamarripa
Director del Diario Resumen
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