Vecinos reclaman por el estado de una calle a raíz de las obras del Paseo del Centro

Las obras para la puesta en valor del casco histórico de la localidad han sido una demanda de vecinos y comerciantes por largo tiempo. Sin embargo, ahora que se han convertido en una realidad con la restauración de la Parroquia Nuestra Señora del Pilar y el denominado Paseo del Centro, también traen aparejadas diferentes críticas e inconvenientes.

Para empezar, el ensanche de una zona peatonal alrededor de la Plaza 12 de Octubre, puso en tela de juicio el destino de los espacios para estacionamiento en el centro de Pilar, cuestión que el Municipio ha indicado que buscará subsanar con la organización de calles perimetrales en las que se podrá estacionar a 45 grados, sumando mayor capacidad.

Pero otra problemática también se volvió notoria durante las últimas semanas, y no tiene que ver con el futuro de lo que dejen los trabajos, sino con el presente a raíz de la logística para realizar las tareas.

Es que con el comienzo de las obras sobre la calle San Martín, un importante caudal de tránsito que opta diariamente por ese camino para salir del centro y acceder principalmente a arterias como la autopista Panamericana, tuvo que encontrar una ruta alternativa.

Y esa solución provisoria también incluyó el recorrido de varias líneas de colectivos, que por su constante tránsito y mayor peso comenzaron a generar inconvenientes.

Esa nueva ruta de salida se convirtió mayormente en un tramo de la calle Fermín Gamboa, para luego tomar Alsina, y son los vecinos de esas dos cuadras comprendidas entre esta última y San Martín, quienes se han visto principalmente afectados.

“Desde que empezó la obra en la plaza, mandan los colectivos por Gamboa entre San Martín y Alsina, y se hicieron cráteres”, destacó una vecina en diálogo con Resumen. Asimismo, manifestó: “Hace un mes que tragamos polvo. Mi vereda se rompió, un día salía de urgencia al hospital y un reventón me tapó la salida”.

Finalmente, remarcó: “No tengo idea si saben el infierno que estamos viviendo en la calle Gamboa, parece el balneario municipal. Nosotros sufrimos más por el problema de pulmón que tiene mi marido, y tragamos polvo desde las 4 de la mañana hasta altas horas de la noche porque pasa un colectivo tras otro”.

La calzada muestra un importante deterioro, con profundos pozos a lo largo de ambas cuadras, y los vecinos esperan por algún tipo de respuesta por parte de las autoridades municipales.