Una panadería local regaló facturas a los clientes que entraron bailando

En los últimos días, la panadería “La Espiga de Oro”, ubicada en el centro de Pilar, lanzó una propuesta única para todos sus clientes. Mediante un llamativo cartel en la puerta, el establecimiento anunció que regalaría media docena de facturas a todas aquellas personas que ingresaran al local bailando.

Las cámaras de seguridad del comercio captaron increíbles momentos donde niños, adultos, ancianos, trabajadores y todos los vecinos aprovecharon para ponerle buena onda y de paso ser premiados con productos de la panadería. "No tenemos dudas, pero sí pruebas de que nuestros “espiguitos” son los más divertidos del mundo", expresaron refiriéndose a la convocatoria.

“Querido espiguito: si hoy entras bailando te regalamos media docena de facturas”, decía el cartel que colocaron en la puerta del comercio, el viernes pasado, para darle la bienvenida a los primeros clientes que se animaran a dejar la vergüenza de lado y estuvieran dispuestos a afrontar el desafío.

La idea de la familia propietaria de esta sucursal, ubicada en la calle Yrigoyen, fue premiar con seis exquisitas facturas/medialunas a todos aquellos que quisieran mostrar sus habilidades y hacer algunos pasos de baile en el medio del salón. "Nos sorprendió como se hizo viral este video. Intentamos ponerle onda para que la gente arranque bien el día, la tarde o cierre bien la jornada y que a la vez disfruten algo rico de nuestros productos", afirmaron.

Asimismo, resaltaron: "la predisposición de los espiguitos fue maravillosa, increíble y también fue un cambio de energía para la rutina de trabajo diario. La idea es trabajar para que los productos lleguen a nuestros clientes de una buena manera, divertida". Además, adelantaron que habrá una segunda parte de la propuesta en los próximos días.

En 1933, Sabino Rodríguez, en la ciudad de Salto Argentino, fundaba la primera panadería “La Espiga de Oro”, la cual terminó llegando a Pilar en 1947. El trabajo fue sucedido por su hija Nilda y su yerno "Pocho" Ghiglione. “El legado de la pasión por el trabajo de estas tres personas, es lo que hace que hoy nuestra premisa sea mantener la calidad y los sabores que siempre nos distinguieron”, definieron.