Jueves 21 de Noviembre de 2024

Un nuevo barrio nace en Derqui gracias a la autoconstrucción comunitaria

50 familias trabajan juntas para levantar sus hogares en un loteo apoyado por la Fundación Vivienda Digna, sin saber aún en cuál de los terrenos estarán sus casas. Para muchas, este esfuerzo colectivo es la única oportunidad de acceder a una vivienda propia.


  • Martes 27 de Agosto de 2024
Autoconstrucción comunitaria

Camila Fernández, de 25 años, y Jonathan Escobar, de 28, llevan casi una década juntos, pero solo vivieron de manera independiente durante dos años, cuando pudieron alquilar. Hoy, su sueño es construir una casa propia en el terreno que adquirieron con la ayuda de la Fundación Vivienda Digna, en Derqui, para compartirla con sus hijos Renata, de 8 años, y Luca, de 5.

"Jonathan y yo nos conocimos cuando éramos chicos en Malvinas Argentinas. Después de que nació Renata, nos mudamos a la casa de mi suegra en Los Polvorines", relata a La Nación, Camila, profesora de danzas y trampolín, mientras que su marido trabaja como albañil. Aunque intentaron alquilar una casita y vivir como una familia independiente, los costos se volvieron insostenibles, y regresaron a la casa de la suegra. Sin embargo, la oportunidad de un futuro diferente surgió cuando la madre de Camila, que se había mudado a Derqui, les habló de un nuevo barrio con lotes para viviendas sociales.

Camila fue una de las últimas en anotarse en la lista de la Fundación Vivienda Digna. "Cuando me llamaron, el año pasado, no podía contener la emoción. Rápidamente comenzamos a trabajar en los lotes: hicimos pozos, luego levantamos los pilares para la luz, y ya hemos terminado las plateas. Avanzamos rápido porque más de 30 personas nos reunimos cada sábado para trabajar juntos. Todos damos lo mejor porque cualquiera de esos lotes podría ser el nuestro", cuenta entusiasmada.

Su sueño es claro: una casa con un cuarto para los chicos, un pequeño gimnasio para trabajar, y un patio para su perro. Estima que podrán construirla en unos tres años, aunque reconoce que el costo de los materiales es elevado y espera recibir donaciones o realizar compras comunitarias.

Gracias a las asignaciones familiares que perciben por sus hijos, la familia puede abonar la cuota mensual de la Fundación, mientras que los ingresos de Jonathan cubren los demás gastos.

El proyecto de autoconstrucción comunitaria

La Fundación Vivienda Digna, con más de 45 años de trayectoria, se dedica a la construcción y equipamiento de viviendas para familias de bajos recursos. Además de aportar en la edificación, las familias participan en actividades de integración y aprendizaje comunitario, todo bajo la guía del equipo técnico social de la Fundación. Durante 15 años, deben abonar una cuota mensual de 50.000 pesos, ajustada por el índice de salarios del INDEC.

El proyecto en Derqui consta de dos etapas. La primera, ya concluida, permitió la construcción de casas para 97 familias en un terreno baldío donado a la Fundación, gracias a una combinación de financiamiento estatal y campañas de donaciones. "En la segunda etapa, estamos distribuyendo 52 lotes con servicios, en dos tandas, en un terreno propio de la Fundación junto al anterior. Este terreno estaba cubierto de pastizales y basura, pero ahora es el lugar donde las familias construirán sus propios hogares", explica Vicky Aguiló, responsable social del proyecto.

En esta segunda fase, la Fundación ha tomado la iniciativa sin ayuda estatal, gestionando todo el trabajo de infraestructura, desde el movimiento de suelos hasta la provisión de servicios esenciales como agua, cloacas y electricidad. "Lo estamos logrando gracias a un mix de préstamos a tasa reducida, donaciones de particulares y una gestión eficiente de costos con los proveedores", afirma Alejandro Besuschio, director ejecutivo de la Fundación.

Por ahora, se han seleccionado 26 familias de las más de 900 que se anotaron en la primera lista. Los requisitos incluyen no tener vivienda ni terreno propios, contar con niños, estar dispuestos a trabajar en equipo con otras familias, y poder pagar la cuota mensual. Las familias trabajan sábado por medio en cuadrillas de limpieza y construcción, con la expectativa de que en octubre o noviembre se sorteen los lotes, permitiendo a cada familia iniciar la construcción de su casa según los modelos preestablecidos del barrio.

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