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Se trata de un comedor que se encuentra en Agustoni y se remodela para seguir ofreciendo servicios y la posibilidad de hacer diferentes actividades a todos los vecinos del lugar.
El merendero “Una nueva esperanza” de Agustoni no deja atrás el objetivo de contribuir con su barrio y de cara a un nuevo año, encara el proyecto de remodelación del lugar, para ampliar el comedor y poder recibir a más chicos sin que la lluvia se vuelva un impedimento para realizar las diferentes actividades.
[blockquote footer=""]“Es una propuesta grande en un tiempo difícil, pero nos aventuramos porque tenemos fe en que esto va a salir adelante”[/blockquote]
“Hace unas semanas venimos planificando y trabajando en remodelar todo para brindarles un mejor espacio a los chicos”, le cuenta a Resumen la impulsora del merendero, Ana Santillán. Y agrega: “Lo hacemos porque en los días de lluvia no tenemos espacio en el comedor para que los chicos puedan realizar las actividades y quedan muchas veces suspendidas. Lo hacemos a pulmón, con el trabajo de mi marido se pagan jornales, materiales y muchas otras cosas. Y ahora el proyecto también lo está apoyando el concejal Adrián Maciel”.
Otra de las razones a las que apunta la vecina en la decisión de encarar esta iniciativa, refiere a que “como se agrandó el número de chicos que tenemos, necesitamos un espacio más amplio y cómodo para ellos. Estábamos entre 25 y 30 chicos, ahora tenemos cerca de 40 y con el tema del comedor creemos que se van a ir sumando más”. Asimismo, analiza este presente, indicando: “Nos dimos cuenta de que este año a muchas familias se les hizo más difícil solventar la canasta básica y nosotros queremos que por lo menos a través de este lugar, la gente pueda conseguir un plato de comida, y la merienda para sus hijos”.
[blockquote footer=""]“Va a crecer y va a ser un bien para todo este barrio”[/blockquote]
El merendero también brinda a los chicos actividades artísticas como coreografía, apoyo escolar y tiene en sus planes otras, como clases de guitarra. “Queremos ir sumándole cosas para que los chicos no anden en la calle y tengan algo sembrado en sus vidas para que crezcan. Todo es gratis, no se cobra absolutamente nada”, sostuvo Santillán.
Finalmente, la vecina manifestó que la intención es que los trabajos estén finalizados para febrero, pero dependerá del apoyo y las facilidades con las que se puedan solventar los gastos. “Es una propuesta grande en un tiempo difícil, pero nos aventuramos porque tenemos fe en que esto va a salir adelante, va a crecer y va a ser un bien para todo este barrio”, señaló.
Quienes estén interesados en colaborar con el espacio, pueden acercarse a Estados Unidos 223, entre Paraguay y Chile, y apoyar la iniciativa que busca dar “una nueva esperanza” a los chicos.
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