En el marco de la celebración de la Pascua 2025 y en un año especialmente significativo para la Iglesia, el párroco de Pilar, Padre Jorge Ritacco, compartió un mensaje esperanzador y profundo, invitando a los fieles a una auténtica conversión espiritual. El sacerdote recordó que esta Pascua se vive en sintonía con el Año Jubilar de la Iglesia Universal, un tiempo especial de gracia, perdón y encuentro con Dios.
“El Jubileo es una ocasión única para volver el corazón a Dios”, expresó Ritacco, quien apeló a una metáfora cercana y cotidiana para ilustrar la generosidad divina: “Como dicen los comerciantes a veces, también Dios está en oferta. Este Dios que perdona todo, si abrimos el corazón, ese perdón nos alcanza”.
El mensaje pascual hizo hincapié en la necesidad de reconciliación personal y espiritual. “Tenemos que rendir cuentas, descubrir nuestros odios, romper con lo que nos aleja de Dios”, señaló el párroco, al tiempo que subrayó la infinita misericordia del Creador: “Dios nos perdona siempre, nos perdona olvidando, nos perdona mirando con amor, aunque por nosotros mismos no pudiéramos hacerlo”.
Además del Jubileo universal de 2025, Ritacco adelantó que la Diócesis de Zárate-Campana —a la que pertenece Pilar— vivirá su propio año jubilar en 2026, con motivo del 50° aniversario de su creación. “Será un año de gracia para compartir en familia diocesana”, anticipó, destacando la relevancia de estas fechas para el crecimiento de la fe en comunidad.
Inspirado en la parábola del hijo pródigo, el sacerdote recordó que “cada vez que el hombre vuelve a Dios, hay fiesta”. Y agregó: “Es justo que haya fiesta, porque el que estaba perdido ha sido encontrado. Este es el desafío de la Pascua: comenzar una vida nueva”.
Retomando las palabras del Papa Francisco, Ritacco llamó a todos los creyentes a ser “peregrinos de la esperanza”, y a darse la oportunidad de empezar de nuevo desde el perdón, la humildad y el amor de Dios. “Creamos que nos perdona, dejémonos perdonar, perdonémonos a nosotros mismos. En la medida en que lo hagamos, viviremos una Pascua distinta”, aseguró.
Finalmente, el párroco invitó a todos los vecinos de Pilar a vivir esta festividad con sentido renovado, alejados de las apariencias y conectados con lo esencial. “Muchos creen que se puede cambiar el mundo desde afuera, con estructuras, gobiernos o economía. Pero lo que verdaderamente transforma es el corazón del hombre. Mientras no lo cambiemos, todo será superficial, para la vidriera o el aplauso. Dios quiere el fondo, el corazón vuelto hacia Él”, reflexionó.
“Feliz Pascua de Resurrección”, concluyó Ritacco, deseando que esta celebración sea, más que un rito, una verdadera experiencia de vida nueva.
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