Jueves 21 de Noviembre de 2024
Orgullo pilarense

Solidaridad y “abrazos que curan”: La delegación del Austral regresó de la frontera ucraniana

Trabajaron varias semanas en Polonia para asistir a las personas que escaparon de Ucrania por la guerra. El equipo vivió de primera mano la situación de los refugiados y la necesidad de contención más allá de lo médico.


  • Miércoles 06 de Julio de 2022
Médicos Austral en Ucrania

Las médicas Agustina Zavattieri y Antonella Ríos, ambas de 33 años, y la enfermera Clara Pérez Grassi de 23, conformaron el equipo del Hospital Austral que semanas atrás viajó rumbo a Przemyst, una ciudad de Polonia ubicada a menos de 10 kilómetros de la frontera con Ucrania.

El objetivo era participar del voluntariado para asistir a los refugiados por la guerra, lo que pudieron vivir de primera mano hasta su regreso al país esta semana.

La aventura había comenzado meses atrás, cuando el Hospital Universitario Austral fue contactado por la Fundación Hadassah para ser invitado a la Misión Humanitaria que busca dar la atención inicial a ucranianos que abandonaron su país por el conflicto y requieren asistencia médica al ingresar a Polonia.

Quien cuenta la emoción y el orgullo por la posibilidad de colaborar en la misión solidaria es el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Austral, Pablo Pratesi, quien asegura que el hospital acompañó la decisión de participar entendiendo la importancia de la gesta, como así también las personas que brindaron la ayuda económica para que se concrete el viaje.

El médico aseguró que las voluntarias manifestaron rápidamente sus sentimientos, “esa emoción que les genera sentir que pueden acompañar y asistir a quienes están sufriendo una guerra, que los ha despojado de sus pertenencias, su casa, sus familiares y amigos. Gente que, quizás, lleva muchos días tratando de cruzar la frontera sin tener claro su futuro”.

Asimismo, destacó que “muchas de estas personas acuden al hospital de campaña con necesidades médicas concretas, como infecciones, suspensión de su medicación habitual, heridas. El sistema está organizado para dar la atención inicial y, en caso de requerir mayor complejidad, se traslada a los pacientes a los hospitales cercanos. Pero todos los refugiados presentan un común denominador y este es el sentimiento de que, después de tanto sufrimiento y tanta angustia, llegan a un lugar donde encuentran a alguien a quien le importa lo que les pasa”.

Finalmente, allí hay otro aspecto muy importante, porque “más allá de las barreras culturales o idiomáticas, sienten que pueden confiar, que serán cuidados y protegidos. Y en ese momento de vulnerabilidad, niños y adultos por igual se aflojan, lloran y reciben abrazos. Abrazos que protegen, que calman, que confortan, que curan”.

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