Así lo afirmó a Página 12 una de las hermanas de Romina, quien ingresó al Sanguinetti por un “aborto incompleto” y falleció cinco días después.
Hace tan solo unos días se conoció la historia de Romina Fernández, la joven derquina que falleció en el Hospital Sanguinetti luego de ingresar con un cuadro de “aborto incompleto”. En una entrevista con Página 12, la familia de Romina rompió el silencio sobre lo que realmente le ocurrió a su hermana de 30 años, que era ya madre de cuatro hijas.
El 8 de agosto, cuando se votaba en el Senado el proyecto de interrupción del embarazo, Romina ingresó al Sanguinetti y cinco días después, sus familiares despedían sus restos. Ana Fernández, una de las hermanas, contó que Romina habría llegado bien al hospital y había continuado en buen estado hasta el sábado, cuando falleció de una infección que comenzó en los pulmones, tomó los riñones y culminó en un shock séptico, provocando su muerte.
Tanto Ana como su hermano Miguel, estaban en contra del aborto hasta que les ocurrió esta tragedia. “¿Querés que te diga lo que yo pienso? Se murió porque era pobre. Porque los pobres no existimos, si hubiera tenido obra social se hubieran preocupado en revisarla, pero a los pobres ni nos miran”, expuso Miguel.
Ana contó que desconocía que su hermana se había realizado un aborto. “(Romina) me dijo de nuevo lo de que le dolía el hígado, como había dicho en la casa de mi mamá, pero lo vi al médico y ahí comprobé que le habían hecho un legrado. Él me preguntó si sabía cómo se lo había hecho y le dije que me acaba de enterar, pero no me creía, me preguntó de cuánto estaba ¡y yo no sabía! Pero él me trataba como si le estuviera mintiendo, me dijo: ‘Acá vienen muriéndose y no te dicen que se hicieron un aborto’”.
También le fue recomendado chequear si su hermana tenía fiebre, a pesar de que todo había salido bien y, si bien no tuvo, Romina se quejó de un dolor en el pecho. “Se quejaba mucho, le costaba respirar y no saturaba bien, eso decía la enfermera. Por eso, a las 22 llamó a la médica, que llegó a las 5 de la mañana. Y así, sin tocarla siquiera, dijo que era la vesícula, que eran cólicos, que le pusieran no sé que más, era como un cóctel lo que le pusieron en el suero”.
Según el relato de la familia, el viernes, los dolores continuaban y la respiración de Romina fallaba, pero afirmaban que le darían el alta el sábado. Sin embargo, durante la noche la situación empeoró y la enfermera llamó a los médicos, que la trasladaron al shock room de urgencia, quedando intubada y en coma farmacológico, con un panorama crítico: los pulmones estaban llenos de secreciones y líquidos, con los riñones sin funcionar.
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Ana, Miguel y María pasaron la noche en terapia intensiva, y Romina pasó un paro cardíaco y la colocación de un catéter. A la mañana fueron a descansar porque les avisarían si algo ocurría, pero en horario del parte médico, les dijeron que había fallecido y los llevaron a la morgue.
Miguel relató que no quisieron darle la historia clínica y que el cuerpo fue entregado de inmediato y que, tras el shock comenzaron a preguntarse qué había ocurrido: “si del aborto había salido bien, ¿por qué no controlaron todo?”.
Ana cree que su hermana falleció por haber sido juzgada. “Dijeron, ‘esta se hizo un aborto, dejala’ y ni siquiera la miraron, era solamente una que se hizo un aborto. Ahora yo también pienso que si hubiera salido la ley sería distinto, que no habría tanto maltrato”.
FOTO: PAGINA 12 - Carolina Camps
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