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El conjunto dirigido por Rodolfo Depaoli cayó por 4 a 1 en condición de local con Argentino de Merlo y no pudo sumar la unidad que necesitaba. El jueves se juega una final de visitante ante Lugano.
El andamiaje de Real Pilar en su primera experiencia en el campeonato de Primera D estuvo plagado de sufrimiento desde un primer momento. Al ser un equipo totalmente nuevo el que comenzó disputando este certamen tuvo que pasar por un tiempo de adaptación a la categoría, el cual le costó y lo tuvo durante mucho tiempo ocupando puestos de desafiliación.
Pero la imagen del equipo cambió de manera notoria a fines del año pasado cuando Rodolfo Depaoli se hizo cargo de la conducción del plantel. Tras una muy buena pretemporada, el entrenador logró convencer a los jugadores de su idea de juego convirtiendo a un equipo que era superado en la mayoría de los partidos en uno protagonista, superando a sus rivales y creando múltiples situaciones de gol por juego.
Todo parecía haber cambiado después de una racha de cinco encuentros consecutivos sin derrotas que le otorgaban al elenco pilarense la oportunidad, impensada en un comienzo, de llegar a las últimas tres fechas con la necesidad de sumar solo un punto para mantener la categoría.
Sin embargo los avatares del destino le están jugando una mala pasada a los de Pilar. A la sorpresiva derrota de la jornada anterior, por 3 a 2 ante Muñiz, se le sumó la obtenida el último jueves por 4 a 1 ante Argentino de Merlo en condición de local. Es por este motivo que el margen que habían conseguido se achicó de manera notoria y los hace vivir esta última semana con mucho nerviosismo y ansiedad.
Los nervios comenzarán el lunes cuando jugadores, cuerpo técnico y dirigencia presten mucha atención al resultado que arroje el encuentro entre Yupanqui y Claypole, dado que un empate o una derrota del conjunto visitante les otorgara la posibilidad de asegurar su permanencia en la categoría por un año más.
En el caso de que el Tambero se lleve una victoria extenderá la definición al jueves, donde los dirigidos por Rodolfo Depaoli se jugarán una verdadera final cuando visiten a Lugano para obtener esa bendita unidad que se les viene negando en los últimos juegos o esperar a que Claypole no le gane a Puerto Nuevo.
Como rasgos positivos de esta difícil situación deportiva que le está tocando vivir a la institución pilarense, se destaca el hecho de que dependen de ellos mismos y que en el peor de los casos no caería en desafiliación sino que deberá jugar un partido desempate ante Claypole. Pero es entendible que no quieran que suceda esto, debido a que es de público conocimiento todo el nerviosismo y la presión que implica un encuentro de esta magnitud, en el que uno de los dos desciende y el otro continúa en la categoría.
El partido
El partido fue desfavorable desde un primer momento para el Monarca ya que a los 10 minutos Fernando Maldonado anotó el 1 a 0 con un tiro libre perfectamente ejecutado para la visita. Sobre el final del primer tiempo llegarían tres goles más; Duche anotó el segundo para los visitantes y Águila marcó el tercero, mientras que Javier Martínez descontó para Real de tiro libre.
En el segundo tiempo, la intensidad disminuyó y Real Pilar comenzó a presionar más arriba con los ingresos de Almada y Acuña, pero no tuvo llegadas de riesgo. A los 40 minutos, Águila anotó el segundo gol en su cuenta personal y el cuarto de su equipo para poner cifras definitivas al encuentro.
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