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Se iniciaron en nuestro distrito y en acción conjunta con Zoonosis, Salud y Delegaciones Municipales con el Consejo Escolar, medidas preventivas y de mantenimiento.
Después del receso estival, los edificios escolares públicos pilarenses necesitan de intervenciones en cuanto a su infraestructura y a su ambiente para adecuarlos para satisfacer la necesidad que en ellos se logre un bienestar pedagógico beneficioso para el desarrollo del ciclo lectivo 2020.
Debido a su tarea fundamental, en estos primeros días de febrero, los edificios escolares presentan un desafío estratégico para adecuarlos antes y durante las clases a iniciarse el 2 de marzo.
“Entre esos trabajos se hallan aquellos que nos hacen entender que las escuelas son como nuestras casas, que al regresar de vacaciones necesitan un control obligado, el de alimañas o plagas que al alejarse la presencia humana van ocupando sus lugares”, comentó a Resumen el profesor Fernando D’Auria, tesorero del Consejo Escolar.
“Por eso, ya se iniciaron en nuestro distrito y en acción conjunta con Zoonosis, Salud y Delegaciones Municipales con el Consejo Escolar medidas preventivas y curativas de distintas especies animales. Por ejemplo, en preventivas se trabaja intensamente en los edificios de las escuelas EP 36, EES 22 y JI 929 del barrio Pilarica con fumigaciones especiales, corte de pasto y descacharreo; y curativas como el trabajo zoonótico con murciélagos aparecidos en la EP 1 céntrica de Pilar”, detalló el consejero.
Asimismo, el tesorero del cuerpo aseguró además que “se seguirán sumando cada día más acciones preventivas y curativas, como el arreglo de edificios, servicios especiales en todos los predios escolares, para que este 2 de marzo venidero, iniciar las clases y transitarlas hasta su finalización sea lograr el óptimo deseado para que nuestros alumnos logren adquirir los mejores y válidos conocimientos que en forma de aprendizajes los utilicen para su vida”.
Con un total de 110 casas escolares y con la vuelta de los equipos docentes de las casi 200 escuelas, el pasado martes 11 de febrero, comenzó a desarrollarse el trabajo en establecimientos donde tuvieron un gran compromiso los equipos de auxiliares, muchos de los cuales siguieron trabajando en enero ya que en 51 establecimientos funcionaron las Escuelas Abiertas en Verano (EAV).
“Hay mucho vandalismo en las escuelas y hasta hay vecinos que usan los tanques con agua escolar como piletas. Y también agentes ambientales que deterioran sectores del edificio escolar, como pueden ser las temperaturas elevadas de este verano que se expresan como energía calórica dilatadora de las paredes de las escuelas hasta agrietarlas”, cerró D’Auria en cuanto al trabajo requerido.
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