Son todos menores. Viven en el barrio La Lomita junto a su tío y su abuelo, que tuvieron que viajar desde Paraguay para hacerse cargo de los niños luego del fallecimiento de su madre.
La solidaridad de los vecinos de Pilar vuelve a ponerse a prueba con la historia de una familia del barrio La Lomita, que se encuentra pasando un difícil momento, y necesita de todo aquel que quiera contribuir para lograr salir adelante.
El caso surgió gracias a una vecina del distrito que a través de las redes sociales contó su encuentro con un pequeño de 3 años, que tras fallecer su madre quedó junto a sus siete hermanos a cargo de familiares que debieron viajar desde Paraguay para hacerse cargo de los pequeños.
“El lunes tuve el placer de conocer a este angelito, Miguel de 3 añitos, internado en el Hospital Falcón de Del Viso. Desde que lo vi su mirada triste y con ojos siempre colorados queriendo largar un llanto. El miércoles 31 de julio su mamá fallece y queda al cuidado de su tío y abuelo (viajó desde Paraguay para ayudar en la crianza) quienes ahora se están haciendo cargo de él y de sus ocho hermanitos”, contó la joven que luego comenzaría con la gesta solidaria en su cuenta de Facebook.
Asimismo, por el mismo medio señaló: “Son una familia súper humilde, desorientada y necesitan ayuda. Uno a veces se queja de tantas cosas y hay situaciones peores, si no nos ayudamos entre nosotros estamos perdidos”.
Según relató la joven, los demás hermanos se dividen en tres mujeres de 13, 16 y 17 años, mientras que el resto son cinco varones de 2, 3, 5, 6 y 11 años. Su tío de 30 años y su abuelo de 60 cuidan de ellos, y para contribuir con ellos que llegaron para hacerse cargo de la crianza de los menores el pedido fue: “El que tenga un paquete de fideos y una ropita que ya no use se le agradece muchísimo de corazón”.
En ese marco, la vecina que impulsó la movida solidaria contó que la familia “se encuentra en el barrio La Lomita, calle Pedro Agustoni 2024. El responsable a cargo se llama Abel (tío)”. Y se comprometió con la causa señalando que “en caso de no poder acercar las cosas, me mandan un mensaje y me acerco a buscarlas”. Finalmente, cerró: “El que va que le dé un beso grande a Miguel de mi parte”.
La respuesta de la gente apoyando la gesta solidaria demostró una vez más el compromiso de los vecinos a la hora de ayudar a los más necesitados. “Gracias por darnos la oportunidad de poder ayudar” y “gracias a Dios porque aún quedan seres sensible”, fueron algunas de las frases que se pudieron encontrar.
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