El padre Silvio Braschi nació en el pueblo de Mercoto Saraceno, provincia de Forli, Cesena, Italia, el 24 de mayo de 1878. Fue bautizado con los nombres Damiano Doménico Silvio y era hijo de Giuseppe Braschi y de Carolina Farneti. Viajó a la Argentina en 1918 y se instaló en Lomas de Zamora.
El 1º de mayo de 1920 -Día de San José- llegó a Pilar. En 1926 fundó el Colegio de Hermanas y luego la Acción Católica de Pilar. En los años posteriores construyó la segunda torre de la Parroquia Nuestra Señora del Pilar (la de la izquierda mirando la iglesia de frente) y remodeló el altar mayor.
Posteriormente creó junto a las señoritas Márquez la Sociedad de Beneficencia “Virgen del Pilar”, precursora del Hogar de Ancianos que llevaría su nombre y para el cual, el sacerdote logró conseguir el predio en el cual funciona en Tucumán y San Martin, y que desde el 12 de octubre de 1970, quedó inaugurado como Hogar de Ancianos “Silvio Braschi”, obra encarada por la familia Domenech. Además, una de las calles del centro de Pilar lleva el nombre del presbítero.
En 1932, con la colaboración de José Varella, maestro instrumentista de bandas, organizó una banda juvenil en la Parroquia, que además de formar musicalmente a los jóvenes intérpretes, los acercaba a la doctrina católica.
Entre 1953 y 1954 regresa a Italia para retornar a nuestro país al poco tiempo, instalándose en Santos Lugares. Al tiempo retorna definitivamente a su ciudad natal -ya jubilado- donde fallece el 8 de mayo de 1963, a la edad de 85 años.
El 6 de octubre de ese mismo año, se lleva a cabo una misa en la Parroquia Nuestra Señora del Pilar, “en memoria del Pueblo de Pilar a su celoso e inolvidable cura párroco Presbítero don Silvio Braschi y en homenaje de gratitud por su consagración apostólica durante 33 años, en cuyo lapso, su caridad cristiana para con sus pobres y enfermos no tuvo límites, como así también su celo por la educación de la juventud, para cuyo fin y bajo su auspicio, se construyó el colegio católico Nuestra Señora del Pilar”.
Desde sus inicios, las parroquias son depositarias en el mundo cristiano de la historia, ya que los sacerdotes y religiosos tenían a su cargo la alfabetización de sus feligreses, tomando nota y registro además de los bautismos, matrimonios y defunciones, como así también de los testamentos. Estos documentos son los primeros archivos que conocemos de los inicios de nuestra población.
Silvio Braschi tenía además la formación cultural para interpretar el pasado y una gran pasión para bucear en los archivos parroquiales, comenzando a reconstruir cuando llegó a la Parroquia Nuestra Señora del Pilar la historia todavía no contada de los orígenes de nuestro distrito. Por ello es considerado por quienes lo sucedieron en la investigación del pasado pilarense como el primer historiador que tuvo Pilar.
En 1730 la iglesia era una realidad. La imagen que desde entonces se veneró fue una representativa de Nuestra Señora del Pilar de 80 centímetros de altura, a principios del siglo XIX, que luego se donó a una capilla vecina, colocándose en su lugar “otra de dudosa advocación", dicen las crónicas rescatadas de esa época.
Los hechos a los cuales nos referimos surgen de una serie de documentos que se conservaban en el archivo de la Parroquia y desaparecieron. El R. P. Silvio Braschi desde 1920 hasta 1953, había logrado reunir y clasificar estos testimonios durante su gestión. A este sacerdote debemos las primeras noticias del pasado de la localidad. Por él conocimos a María Cabezas, donante de la imagen y del predio donde se edificó la capilla que dio esencia a un caserío, después a un pueblo y más tarde a una gran ciudad.
Recordemos el primer antecedente conocido de la historia del Pilar: “En 1729, una vecina del lugar, María Cabezas, esposa de Francisco Gómez, quien poseía una imagen de la Virgen del Pilar, se propuso darle culto en una capilla construida de ladrillos de adobe y techo de paja, cerca de la margen derecha del río Luján”. El autor de esta descripción fue el Padre Braschi, quien se basó en los escritos que permanecían en el archivo de la Parroquia y lo divulgó en los hogares cristianos del Pilar por medio del órgano católico "Criterio", periódico de aparición quincenal que además se ocupaba de las noticias políticas, sociales y económicas del partido, que se editó desde 1937 al año 1943.
Si pasamos lectura al libro "Reseña General Histórica, Geográfica y Económica del Partido del Pilar", editado en el año 1948 por el Instituto Agrario Argentino, veremos que los datos fueron tomados del "archivo de la iglesia" y además, se advierte: "Esta recopilación de documentos antiguos y de gran valor para esta población fueron donados por el arquitecto señor Mario Buschiazo al R. P. de esta localidad, Silvio Braschi".
Esta aseveración confirma que a mediados del siglo pasado y mientras duró el mandato del Padre Braschi al frente del Curato estos documentos se hallaban en el archivo de la Parroquia (Pilar en la historia. Blog del historiador Aldo Abel Beliera).
El “Pilar Viejo” estaba emplazado en la zona que hoy ocupa el kilómetro 57 de la Ruta Nacional 8 (aproximadamente 1 kilómetro antes de trasponer el Río Luján). No tenemos aún certeza sobre la fecha exacta de sus inicios como población, pero podemos aventurar que comenzó algunos años antes de 1729, cuando María Cabezas decide construir una capilla para adorar una imagen de culto de Nuestra Señora del Pilar.
El padre Silvio Braschi lo sintetiza eficazmente: “...en el año 1700 se habían establecido fortines en un lugar llamado Luján abajo para defenderse de las invasiones de los indios y en ese lugar se instaló el primer núcleo de población. En 1729, una vecina del lugar, María Cabezas, esposa de Francisco Gómez, quien poseía una imagen de la virgen del Pilar, se propuso darle culto público en una capilla construida de ladrillos de adobe y techo de paja, cerca de la margen derecha del río Luján, solicitó autorización del obispo de Buenos Aires y una vez concedido la Capilla fue dedicada a la Virgen del Pilar, siendo atendida por un sacerdote enviado del pueblo de Luján a celebrar oficios los días festivos”.
Hoy sabemos que María Cabezas no sólo donó la imagen de la virgen, sino que también cedió una parcela de su propiedad (“cuadra en cuadro”, dicen los documentos) para la construcción de la Capilla Del Pilar.
En el año 1737 falleció Doña María Cabezas y fue sepultada en la misma Capilla. Luego de su muerte, en 1749 otra porción de sus tierras pasó a propiedad de la Iglesia. Éste fue, entonces, el primer centro de aglutinamiento de pobladores en todo Pilar, hasta que el 3 de junio del año 1818, el gobierno nacional emite la norma donde aprueba y autoriza el traslado del pueblo. Fue por una norma suscripta por el Director Juan Martín de Pueyrredón en donde concede el traslado del Curato al actual emplazamiento, debido a los continuos desbordes del río. (El pueblo de Pilar en la firma del Tratado del Pilar, colaboración del Dr. Alberto Allindo. Publicado en Resumen el 23 de febrero de 2020).
El prestigioso Instituto confesional Madre del Divino Pastor, comenzó con la llegada de tres jóvenes monjas a Pilar en 1931. Fue la primera sede del mundo fuera de España. Silvio Braschi, cura párroco de Pilar, estaba preocupado: la parroquia había construido un colegio con una capacidad para 100 niñas, pero no tenía religiosas que lo condujeran y se ocuparan de dar clases. El destino quiso que un amigo suyo, Adelmo Feijóo, le hablase de tres jóvenes monjas recién llegadas desde España.
El viaje a la todavía lejana Capital se coronó con una breve y fructífera reunión. A los pocos días, las tres monjitas estaban en Pilar y hacían historia al poner en marcha el Instituto Madre del Divino Pastor, uno de los emblemas de la educación local, hace ya más de 90 años.
Las hermanas eran parte de la congregación de Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, fundada a mediados del siglo XIX en España por María Ana Mogas –beatificada en octubre de 1996 por Juan Pablo II-. “En los años previos a la Guerra Civil la situación se hizo complicada para las religiosas, por lo que la congregación ofreció -a quien quisiera- salir del país, así fue cómo llegaron a Argentina”, explica la hermana Licinia, radicada en Pilar desde hace casi 20 años.
Una de las pioneras fue sor Sagrario Gayoso, quien solo tenía 18 años y con el tiempo se convirtió en una historiadora del colegio, gracias a sus escritos y memoria prodigiosa.
Con el tiempo arribó un grupo de otras 12 monjas, todas ellas enfermeras, empezando a trabajar en el Hospital Salaberry, como por ejemplo la mítica madre Ermitas. Otras de las primeras religiosas es Antonina, la más longeva de las religiosas que pasaron por el colegio pilarense, quien superó los 100 años de vida.
La congregación fue instalándose también en países como Bolivia, Chile, Perú y Venezuela, pero Pilar es tomado como el punto de partida.
“Viajamos en tren para llegar a Pilar a las 12 de la noche –recordaba Sagrario en sus anotaciones-. Las Hijas de María de la Parroquia nos tenían la cena preparada (…) Ya estamos en nuestra primera casita de Pilar, lo tenemos todo (…) Cada una buscó su cama o dormitorio. Como eran vacaciones no hubo problemas, cada una se acomodó lo mejor que pudo. El Padre Braschi buscó camas por todo el pueblo, así que había buenas y malas (…) Fin de la primera noche en Pilar”.
En forma oficial, las puertas del colegio (en ese momento llamado Nuestra Señora del Pilar) se abrieron a principios de 1932, donde hoy funciona el Instituto Parroquial, frente a la plaza 12 de Octubre, poniendo en práctica dos máximas: “Paz y bien”, de San Francisco de Asís y “Amor y sacrificio”, de María Ana Mogas.
En 1961 abrió el nivel Secundario, mientras que en 1967 comenzó la construcción del actual edificio, en la Avenida Tratado del Pilar y el cruce con la Panamericana. En 1971 comenzó el traslado de las alumnas y se modificó el nombre a Instituto Madre del Divino Pastor. La casa de las religiosas se erigió en 1981 y en 1986 se nombró María Ana Mogas a la calle lateral. Dos años más tarde se inauguró el gimnasio cubierto.
Por otra parte, en Pilar la congregación construyó el Colegio Nuestra Señora de la Paz, en San Alejo (Blog 90 años del Instituto Madre del Divino Pastor de Pilar, Argentina. Septiembre 30, 2021).
A pesar de todo lo bueno que realizó el padre Silvio Braschi en Pilar, la localidad de Manzanares no guarda un buen recuerdo del activo sacerdote.
José Victorio Allegri, miembro de una familia de este pueblo, siendo por entonces (1937) estudiante del Seminario Metropolitano de Villa Devoto, en ocasión de sus vacaciones de verano que se tomaba en La Montonera, y haciendo catequesis en la zona, impulsa la idea de fomentar la instalación de una capilla en Manzanares. Así, las misas que se hacían esporádicamente y sólo en verano, podrían oficiarse con regularidad. En enero de 1938, mientras oficiaba el Padre Castellanos una misa en el antiguo galpón del ferrocarril, se formalizó la idea y se constituyó una comisión que conformaban Aurelia Del Campo de Maderna, Emilia Litardo de Manzanares, María C. Martignone, Dora Oyharte, Felisa Guenin, María E. Litardo y Rosa Calcagno.
De inmediato esta comisión comienza a trabajar para reunir fondos; organizan fiestas, rifas y se piden donaciones, en especial a los que tienen fincas en la zona. También se hacen socios con aportes modestos, muchos de ellos de sólo un peso. Por indicación del seminarista Allegri, se forma otra comisión, honoraria, o de apoyo a la obra, constituida por las vecinas Salinas, Elma S. De Manzanares, Noemí Bancalari y Adelaida Allegri (hermana del sacerdote).
Ambas comisiones organizan una gran fiesta, con asado y kermesse en los parques del Molino Bancalari, el 15 de enero de 1942, que fue todo un acontecimiento por la gran aceptación popular que tuvo. Por ese entonces, y ya recaudados unos $13.000 y teniendo el terreno que había sido donado por Luis Manzanares y Emilia Litardo, se piensa en construir la Capilla.
Corría el año 1943 cuando surge una nueva dificultad, esta vez con la curia. Por desconocimiento del tema -y no por otras causas se había prescindido totalmente de consultar sobre los trámites de creación de la capilla a la Parroquia del Pilar. La Comisión no estaba bien asesorada y se recurre directamente al Obispo (en ese entonces se pertenecía a La Plata), Monseñor Plaza. La gestión no tiene éxito, pues se indica que todo se debe tramitar por intermedio de la Parroquia de Pilar. Allí se encuentra con la firme y obstinada oposición del párroco Silvio Braschi.
Todo fracasa entonces, y como también fallece Emilia Litardo de Manzanares, la gran promotora y entusiasta de la Capilla, queda paralizada toda actividad.
En 1962, y por iniciativa de la Sra. Elma S. de Manzanares y de Jorge Manzanares, sumado al aporte de vecinos, se resuelve encarar la demorada construcción. Cabe aclarar que ya no vivía el párroco Braschi y que Pilar dependía del recientemente creado Obispado de San Isidro, donde Monseñor Aguirre -su titular- no pondría ningún obstáculo. Prueba de ello, el día 3 de febrero de 1963, el mismo Obispo Aguirre procede a la bendición e inauguración de la Capilla.
El encono de Pilar, sin embargo sigue vigente, ya que según comentó a Resumen la profesora Silvia Villamagna “no vino ningún representante de la Parroquia Nuestra Señora de Pilar, pero sí lo hicieron autoridades eclesiásticas de San Isidro”.
Por expresa indicación de Monseñor Aguirre, la Capilla llevaría el nombre de San Luis, en honor de quien donó el terreno, el vecino Luis Manzanares, lo que trae un nuevo problema, esta vez con la familia Allegri, ya que habiendo donado la imagen de María Auxiliadora, quería imponer ese nombre al templo. Finalmente se llega a un acuerdo y la imagen de María Auxiliadora se coloca al otro lado del altar.
La imagen de San Luis Gonzaga fue donada por Blanca Quaranta de Villamagna. Por su parte, la campana fue donada por Monseñor D`Andrea.
El 22 de febrero de 2007, Monseñor Oscar Sarlinga –obispo de la Diócesis Zarate-Campana- la erige como sede parroquial, siendo su jurisdicción del Río Luján al Norte hasta la Ruta 6. Las localidades de Fátima, Río Luján y Almirante Irizar quedan bajo su jurisdicción eclesiástica. Su primer párroco fue el Padre Hugo Acuña, hoy guía espiritual del Centro de Recuperación de Adicciones “La Posada de la Vida”. (Página de la Parroquia San Luis Gonzaga. En base a la publicación “Historia de la Capilla San Luis de Manzanares”, autoría de la profesora Silvia Villamagna).
Oscar Mascareño
2 comentarios:
Dejar un comentario