La Unión Tranviarios Automotor (UTA) y las cámaras empresariales lograron finalmente un acuerdo salarial, evitando así la posibilidad de un paro de colectivos.
La principal traba en las negociaciones era una diferencia de $250.000 que la UTA consideraba reconocida y homologada en la última paritaria, mientras que las cámaras la entendían como el pago de una suma no remunerativa por única vez.
Sin embargo, tras intensas discusiones, se lograron acercar posiciones, y se acordó que el sector patronal abonará dos cuotas de $250.000 a cobrar en mayo y junio. Asimismo, se acordó continuar con las negociaciones en el futuro.
El sindicato, bajo la conducción de Roberto Fernández, buscaba que más de 50.000 choferes tuvieran un salario básico mensual de al menos $987.000, un acuerdo que implicaría una mejora del 83% trimestral en marzo con respecto a diciembre, superando por 32 puntos a la inflación y yendo más allá de lo que el Gobierno busca convalidar.
La situación en el sector del transporte lleva más de 20 años en crisis, agravada por el aumento de la inflación desde mediados de 2022. Actualmente, el Estado cubre el 70% de los costos con subsidios, mientras que los usuarios aportan el 30% con tarifas, una relación que en enero de 2024 llegó al 90% y 10%, respectivamente.
El Ministerio de Economía, a cargo de la Secretaría de Transporte, enfrenta el desafío de no aumentar las tarifas de los colectivos debido a su posible impacto en la inflación, buscando mantener un superávit primario fiscal y un equilibrio financiero tras el pago de intereses de la deuda.
En medio de estas negociaciones, los pasajeros podrían verse beneficiados por un ajuste de tarifas que reduzca la brecha entre el costo real y lo que actualmente se reconoce, manteniendo así la sostenibilidad del sistema de transporte público en el corto plazo.
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