La multitudinaria marcha tuvo lugar ayer, en su quinta edición. Las mujeres tomaron las calles nuevamente exigiendo justicia, derechos y un cese de femicidios. Pilar estuvo presente.
El 3 de junio de 2015 se llevó a cabo la primera marcha Ni Una Menos en más de 80 ciudades de Argentina luego de que, el 10 de mayo, Chiara Páez (de 14 años y embarazada) fuese asesinada por su novio en Ruffino, Santa Fe.
Organizaciones de mujeres, entonces, decidieron marchar hacia el Congreso exigiendo al Estado protección y visibilizando la problemática de los femicidios que, lamentablemente, han ido en aumento.
Ayer se realizó la quinta marcha, con números que dan escalofríos. “Desde 2015 hay 1200 casos, 1193 relevados por La Casa del Encuentro pero también están las desaparecidas o las que no se conocen. En este cuatrimestre, casi 200, lo cual es una locura, es terrible, es realmente alarmante. En mayo, hubo 29 femicidios. Nosotras, no exageramos”, afirmó Natalia Espasa, referente de Juntas y a la Izquierda y gran representante del feminismo pilarense, a
Diario Resumen.
Tomando las calles en pedido de justicia por las que ya no están, pero también exigiendo igualdad de derechos para las que aún están vivas, las mujeres siguen alzando la voz. “Los 3J para el colectivo de mujeres y LGBTIQ+ es muy importante. Se enmarcó una gran lucha para conseguir cadena perpetua para femicidas, hijos sanos del patriarcado, saben lo que hacen, no son loquitos sueltos”, dijo.
Hay generaciones atrás nuestro y no queremos que pasen por esto, por eso marchamos”
Si bien este año la concentración principal se hizo en Capital Federal, Espasa afirmó que esto se debe a que se buscó principalmente, demostrar que las mujeres siguen ahí y juntas, luchando.
“Hay que decir que cada vez hay más femicidios, es una contradicción pero la mujer ya no aguanta más, ya no se calla más cosas que otras generaciones, sí y los hombres violentos o machistas, no pueden soportar que digamos basta, que se quiera ir, que lo denuncie y ocurren los femicidios”, declaró Espasa.
Asimismo, criticó el papel del Estado en las situaciones de violencia de género que en más de una ocasión, no cumple con lo pautado como la asistencia psicológica o las casas de abrigo en todo el país pero reconoció que la pulsera electrónica para femicidas y golpeadores que llegó a Pilar, es un gran paso y debería implementarse en todas los distritos.
“Hay muchas que estamos vivas, que somos la voz de aquellas que ya no pueden gritar. Hay generaciones atrás nuestro y no queremos que pasen por esto, por eso marchamos”, cerró Espasa.
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