El Centro Pyme IAE Business School de la Universidad Austral, realizó una encuesta con 400 pequeñas y medianas empresas para analizar su mirada de cara al 2022, luego de un cierre de año positivo con crecimientos en el sector.
Pero se encontraron con que el 51 por ciento de los empresarios cree que la situación del país será peor en los próximos seis meses respecto al segundo semestre de 2021. Y en ese marco, indicaron que la mayor preocupación de cara al desarrollo de su negocio no está dada por la presión impositiva (un 16 por ciento), ni por la inflación (26 por ciento), sino por la “inestabilidad de las reglas de juego” que acumuló un 35 por ciento de las respuestas.
No obstante, a nivel de su microeconomía, el 50 por ciento respondió que espera un resultado mejor para su empresa en los próximos seis meses; mientras el 42 por ciento opinó que estará igual, y 8 restante que estará peor.
Por otro lado, respecto al personal, el 62 por ciento de las pymes consultadas respondió que tiene planeado contratar empleados durante el próximo semestre, aunque el 74 por ciento observó que está teniendo dificultades para conseguir los talentos adecuados para cubrir los puestos vacantes.
“Darle las condiciones necesarias a las pymes es la única salida para darle trabajo duradero a las personas que reclaman la posibilidad de sacar adelante a sus familias”, destacó Guillermo Fraile, director académico del Segmento Pyme del IAE.
Según el docente, se habla mucho de la necesidad de generar un empleo genuino, que sea capaz de crear valor para la sociedad a través de empresas que puedan moverse dentro de un ámbito favorable, tanto fiscal como económicamente estable. En ese sentido, destacó que “aunque si bien esas dos condiciones son necesarias, no son suficientes para lograr ese crecimiento tan añorado que saque a la sociedad del círculo vicioso de desánimo y falta de oportunidades”.
En tanto, sobre el contexto macroeconómico y el impacto sobre las pymes, afirmó: “El sector, evidentemente, ha generado una capacidad extraordinaria de saber moverse en entornos donde la inflación y la presión fiscal cumplen un rol relevante para el desarrollo del negocio, que, si bien es un dato preocupante, lo que no les permite desarrollarse es el cambio permanente de las reglas de juego, teniendo que encerrarse en el cortoplacismo de manera constante”.
No obstante, Fraile sostuvo que a pesar de dicha preocupación, en general se puede observar buenas noticias. “El 50 por ciento espera un resultado mejor para su empresa en los próximos seis meses y un 42 por ciento que estaría igual. El 96 por ciento respondió que a su empresa le está yendo igual o mejor que hace seis meses y el 61 por ciento piensa que ya tienen decidido o probablemente hagan inversiones importantes en activos fijos para su negocio en el próximo semestre”, sostuvo.
Por otro lado detalló que las pymes pudieron sobrellevar un período de pandemia que los llevó a reconvertirse, y añadió que “la gran mayoría de ellos ya han podido superar la prueba. Los que no lograron superar la crisis, sin duda están ya iniciando una nueva aventura para salir adelante con ese espíritu emprendedor que tanto los caracteriza”.
Y concluyó que para eso están demandando reglas claras: “Creer en el mundo pyme, no sólo proclamarlo, sino dándole las condiciones necesarias, será la única salida para darle un trabajo serio y duradero a los millones de personas que reclaman tener esa posibilidad para sacar adelante a la sociedad en su conjunto”.
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