El pasado jueves Analía Leguizamón regresó al Concejo Deliberante. Junto a los concejales electos en las últimas elecciones de octubre, Leguizamón realizó su juramento y ocupará una banca en el recinto, al que vuelve de la mano de Juntos por el Cambio.
“Comienza un nuevo período. Tenemos que estar cerca, hay mucho por hacer. Desde este lugar en el HCD tenemos la obligación de construir alternativas y de tener siempre
presente que lo más importante es lo que pasa en cada cuadro de Pilar”, expresó tras su asunción.
Este viernes, horas después de haber asumido su nuevo rol, la flamante concejal se refirió a la democracia, a 40 años de la re-institución de la misma en Argentina, y la esperanza ante la llegada de un nuevo gobierno al país.
“Pocos minutos después de jurar como Concejal, honrada por la confianza de los pilarenses, me preguntaron en una entrevista qué sensación tenía frente al período de gobierno que comienza; dije que sentía esperanza y mi interlocutora se asombró diciendo que le era difícil entender eso frente a una realidad en la que ir al supermercado es darse cuenta que los precios están totalmente disparados. Por eso creo que esa sensación tiene que ser explicada, porque, además, no es la única y no está separada de otras actitudes”, expuso.
Leguizamón aseguró que “este cambio de gestión es el octavo en cuarenta años de democracia, y eso merece ser celebrado. Quizás muchos no lo hayan tenido en cuenta, pero en una democracia tan joven, tener ocho períodos presidenciales encabezados por personas que fueron elegidas por el voto popular sin discusión o queja de ninguna fuerza política es un valor que cultiva esa esperanza”, detalló.
Asimismo, planteó que “esta democracia tan joven también nos dio oportunidades de cambios de gobiernos en cada uno de los municipios, y en Pilar eso es evidente”. “La convivencia democrática entre quienes gobiernan y quienes tenemos la responsabilidad de controlarlos estuvo presente durante la jura el HCD. Todos participamos de una ceremonia en donde la cordialidad y el respeto fueron la norma, incluso en los saludos afectuosos entre dirigentes de todos los partidos, también con el intendente. Eso, además, se vio en las calles del centro del Pilar. Antes de la entrevista radial mencionada paré en un semáforo mientras conducía mi auto y la casualidad hizo que pasara caminando uno de los ex titulares del ejecutivo municipal, fue él quien se detuvo a saludarme. Todo eso, también, cultiva la esperanza”, amplió.
En esa línea, también se refirió a la situación social y económica del país: “frente a una realidad de tanta pobreza, de tanto trabajo mal hecho desde la administración pública, de tanto sufrimiento para mucha gente y la bronca de mucha otra; hablar de esperanza resulta casi incomprensible. Y lo entiendo”.
Pero, aún así ratificó que “la esperanza no puede ser separada de la conciencia de la construcción democrática que hemos logrado en apenas cuarenta años”. “Y tampoco puede ser separada de la mirada atenta que tendremos desde hoy quienes asumimos la responsabilidad de la oposición para controlar a quienes gestionan”, sumó.
“¿Qué otra cosa se le puede decir a una madre en un comedor, a un comerciante harto de esta economía o a un empresario o un profesional que siente que su trabajo no rinde, que no sea que renueven sus esperanzas? Cuando nos alejamos de la realidad cotidiana y nos enroscamos en la discusión política perdemos el vínculo con nuestros vecinos, y es ahí donde nuestra tarea no tiene sentido”, comentó.
Cerrando, la concejal destacó que “hoy mucha gente tiene esperanza, por eso creo que hay que acompañar y promover esa sensación, pero también estar atentos”. “Estamos acá para cambiar la vida de todos, para que sea mejor, o tenemos que irnos. Espero que todos los dirigentes políticos entendamos eso de buena vez para que esta joven democracia pueda subir al siguiente escalón”, concluyó.
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