Corría el año 2017 cuando una pareja mendocina, Darío y Cintia, se enteraron de que volverían a ser padres. Sin embargo, esto llevaría aparejados muchos más desafíos de los que se imaginaban.
Cuando la mujer cursaba la semana 22 de embarazo, su bebé fue diagnosticado con una hipoplasia de cavidades izquierdas, lo que significa que esa mitad de su corazón no se había desarrollado correctamente.
A partir de allí comenzó un largo proceso para salvar la vida de Álvaro, el pequeño en camino, y sus padres recuerdan cómo fue tener que viajar hasta Pilar para poder atender sus necesidades en el Hospital Austral.
“Vivimos en Malargüe, Mendoza, y aquí no hay recursos para el tratamiento. Por esta razón nos derivaron al Hospital Universitario Austral. Conversamos con el Dr. Etchegaray y el Dr. Kreutzer, quienes nos brindaron calidez y apoyo”, destacaron.
Con todo pautado, el siguiente paso era esperar al parto. “Nos trasladamos junto con Bau, el hermano mayor de Álvaro, a Pilar. El 5 de febrero de 2018, Álvaro nació por cesárea programada. Los primeros días en neonatología fueron acompañados por un equipo excepcional y el 8 de febrero, se sometió a cirugía”, indicaron.
Así comenzaba el período más estresante y angustiante para la familia, pero las buenas noticias llegarían pronto. “Fueron horas interminables, pero la cirugía fue un éxito. Los dos somos profesionales de la salud y experimentamos un mundo nuevo en la Unidad de Cuidados Intensivos: un equipo altamente capacitado nos acompañó durante casi 45 días en la Unidad Hipercrítica. Tras 60 días de internación, recibimos el alta”, recordaron.
De todas maneras, el camino no terminaba ahí: “En agosto de 2018, Álvaro tuvo su segunda cirugía. Una semana de internación, luego controles, y finalmente a casa. Tres años después, en diciembre de 2021, llegó la tercera cirugía. Fueron ocho horas interminables. El Dr. Kreutzer nos informó que todo salió bien, y tras 10 días de internación, nuevamente con el equipo de Cuidados Intensivos cuidando a Álvaro, recibimos el alta. Después de una breve reinternación en Pediatría, nos permitieron volver a casa”.
El acompañamiento que encontraron en el centro de salud pilarense fue uno de los aspectos más destacados por la familia, que finalmente puede celebrar el presente junto a su hijo. “Hoy Álvaro tiene 5 años. Asiste al jardín de infantes y lleva una vida normal en Malargüe. Todo esto es gracias al equipo del Hospital Universitario Austral: pediatras, cirujanos, cardiólogos, intensivistas, enfermeros, kinesiólogos y personal de apoyo. Cada uno de ellos entregó lo mejor de sí. Estamos eternamente agradecidos por todo lo que han hecho y continúan haciendo”, cerraron.
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