En la ciudad de Zaragoza, España, se encuentra uno de los templos más antiguos de ese país; la Basílica del Pilar. En su interior se encuentra la columna sobre la cual la Virgen María se apareció al Apóstol Santiago durante la evangelización de España en el año 40 después de Cristo, lo que representa la aparición mariana más antigua reconocida por la Iglesia Católica.
El Apóstol, desanimado por las grandes dificultades que estaba atravesando para evangelizar España pidió una señal, y “fue entonces cuando se le apareció la Virgen quien le animó a seguir adelante y le hizo la promesa, que todavía se mantiene, por la que mientras estuviera ese pilar en pie, habría verdaderos discípulos de su Hijo en España”, explicó el P. José María Bordetas, capellán de la Virgen del Pilar y encargado del cuidado de esta imagen.
También se cree que la Virgen le dio al Apóstol una pequeña estatua de madera. Según explicó el capellán “esta grandísima devoción se apoya en la tradición porque no hay documentos escritos de esta aparición mariana, que además tiene la particularidad de que cuando la Virgen se le aparece al Apóstol Santiago, ella todavía está viva, pero en Tierra Santa”.
Santiago y sus discípulos recogieron el regalo de la Virgen, guardaron esa columna que se convirtió en el centro religioso de esa pequeña comunidad en Zaragoza.
Si bien la patrona de España es la Inmaculada Concepción de María. En el siglo XVIII se nombró a la Virgen del Pilar como patrona de todos los pueblos Hispanoamericanos. “Esta unión bajo la Virgen del Pilar la relacionó con el descubrimiento de América, es muy probable que llevaran esta gran devoción a la Virgen del Pilar en España al Nuevo Mundo”, apuntó el capellán.
De hecho, Bordetas precisó que desde finales del siglo XVIII y principios del XIX “diversos gobiernos de Hispanoamérica tomaron la determinación de enviar sus banderas a la Basílica del Pilar para que estuvieran colocadas en el templo, tal y como actualmente todavía hoy adornan a la Virgen y ella les da su protección”.
Al momento de hablar sobre esta basílica, también nos lleva a contemplar diversos milagros que se han atribuido a la Virgen, ya que el mismo ha sobrevivido a invasiones guerras y hasta bombardeos.
Los primeros milagros a destacar son la asombrosa curación de doña Blanca de Navarra a la que se creía muerta, y las de invidentes como el niño Manuel Tomás Serrano o el organista Domingo de Saludes.
También se encuentra el llamado “Milagro de Calanda”, por el que al mendigo Miguel Pellicer, nacido en Calanda, se le restituyó la pierna que le fue amputada en octubre de 1637. Este suceso extraordinario ocurrió el 29 de marzo de 1640 y fue proclamado como milagro el 27 de abril de 1641 por el arzobispo Pedro Apaolaza Ramírez, tras un proceso en el que intervinieron tres jueces civiles y fueron interrogados 25 testigos.
Ese mismo año, el rey Felipe IV mandó ir a palacio a Miguel Pellicer y arrodillándose ante él le besó la pierna. Este hecho prodigioso determinó que en 1642 la Virgen del Pilar se convirtiera en copatrona de Zaragoza junto a San Valero.
Por otra parte, entre las campañas militares que los católicos consideran obra de su intercesión se cuenta la toma de Zaragoza de manos musulmanas en 1118, la resistencia ante el ejército francés durante la Guerra de Independencia Española y la protección del templo en la Guerra Civil Española.
De esta última se narra el bombardeo sufrido por el templo el 3 de agosto de 1936, cuando fueron arrojadas sobre la Basílica del Pilar las tres bombas que no estallaron, y cuyas cargas se exponen en el edificio a los lados del Camarín de la Virgen e integran la larga lista de hechos milagrosos atribuidos a la Virgen.
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