La doctora y docente Pamela Figueroa, reflexionó sobre la importancia de las condiciones higiénicas al momento de tatuarse y el cuidado de la piel una vez realizada esta práctica.
La Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación emitió esta semana un informe de alerta epidemiológica por un brote de lesiones cutáneas asociadas a tatuajes basado en la identificación de 68 casos en la ciudad de Rosario y localidades aledañas como San Nicolás y Villa Ramallo, y en Luján, en la provincia de Buenos Aires.
La doctora Pamela Figueroa, docente de la cátedra Dermatología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, reflexionó sobre la importancia de las condiciones higiénicas al momento de tatuarse y el cuidado de la piel una vez realizada esta práctica. La mayoría de los pacientes refirieron lesiones en piel rojizas y sobre elevadas, con prurito variable, que aparecieron entre 7 y 15 días posteriores a la realización del tatuaje. De los 68 casos, 55 fueron estudiados con biopsias y cultivo de material obtenido de piel tatuada: 8 de ellos desarrollaron un germen llamado micobacteria, siete de las cuales pertenecían a la especie Mycobacterium abscessus.
Una práctica en aumento
El término tatuaje se refiere a la pigmentación de la piel accidental o adquirida voluntariamente por inyecciones de tintas insolubles u otras sustancias. Actualmente, la realización de tatuajes voluntarios con fines decorativos se ha convertido en una práctica muy popular y en aumento.
Paralelamente, las complicaciones asociadas también han aumentado, entre las cuales se destacan algunas reacciones inflamatorias secundarias a los pigmentos utilizados e infecciones. Las infecciones son complicaciones poco frecuentes pero muy temidas. La probabilidad de que ocurran depende en gran medida de las condiciones higiénicas en las cuales se realice el tatuaje, por lo que su realización por un personal no profesional aumenta de manera considerable el riesgo. De igual modo, es importante corroborar la correcta esterilidad de los pigmentos suministrados.
Entre los posibles patógenos causantes se encuentran las micobacterias que se subdividen en diferentes especies. El Mycobacterium abscessus es conocido por ser contaminante común del suelo y el agua, y por tener el potencial de provocar distintos cuadros clínicos que varían, desde infecciones locales en la piel hasta infecciones diseminadas. Además, suelen presentar variabilidad en la resistencia a los antibióticos, lo que genera especial atención y alerta en el sistema de salud. En pos de minimizar las complicaciones mencionadas existen decretos que regulan la práctica de dichas técnicas, y los requisitos para la autorización y funcionamiento de los establecimientos donde se llevan a cabo.
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