La Red Federal TGD pide conocer dónde pueden denunciar el uso de pirotecnia

La primera de las dos Fiestas de fin de año ya pasó y mientras para algunos fue una jornada de felicidad y reunión con sus seres queridos, para tantos otros el día no tuvo casi nada de alegría.

Una vez más la pirotecnia sonora se hizo oír en Pilar, a pesar de la ordenanza que rige desde el 2020 y prohíbe el uso y comercialización de la misma. Para los padres de niños con TEA y TGD, la Navidad fue caótica, al igual que para aquellos que tiene animales que le temen a dichos estruendos.

“El año pasado se aprobó la ordenanza, la Municipalidad estuvo cerrando puestos. Este año nosotros veníamos hablando con Inclusión, para hacer flyers para que la gente sepa que está prohibida, pero no nos prestaron atención. A principios de diciembre, en redes, pusieron publicaciones con un número de teléfono para denuncias. Las mamás empezaron a denunciar, pero no respondían y sacaron la publicación”, explicó Gabriela de la Red TGD Padres a Diario Resumen.

El problema, dijo, es que no hay dónde denunciar y en los barrios se sigue vendiendo pirotecnia: “no tenemos dónde denunciar, estamos muy angustiados, no sabemos qué hacer, no sabemos a quién recurrir, estamos solos, solos con nuestros chicos y nuestros animales. Ahora se viene el 31 y creo que será peor”.

“En Monterrey, hubo muchas luces, pero también las bombas, que están prohibidas, los petardos. Algunas mamás de La Lonja, Villa Rosa, contaban que fue terrible. Nadie controla eso, el año pasado controlaban pero este año no hubo control. Como mamás, no sabemos qué hacer”, relató Gabriela.

Gabriela añadió que “necesitamos que la Municipalidad nos apoye, que nos dé un número certero para hacer la denuncia”: “una mamá contó que estaba en Pilar, vendían y le dijo a un policía y éste le dijo que no sabía cómo actuar, que no le habían dicho nada al respecto. Desde el Municipio a las autoridades no se les dijo nada. Estamos indignados”.

“No tenemos a dónde denunciar o quién nos apoye”, lamentó Gabriela y contó además su experiencia personal durante el 24 y el 25 de diciembre: “mi hijo está más grande y tolera un poco más los ruidos, estaba asustadizo. Mi perra, que está más vieja, se asusta mucho. No se calmaba. Brindar, no pude brindar. Un año más que no pude brindar”.