El primer día del operativo de vacunación más grande de la historia se vivió con mucha emoción y esperanza en Pilar. Los primeros 10 enfermeros y médicos que recibieron la vacuna llegaron a la mañana al centro de salud Tratado del Pilar del Hospital Sanguinetti. Apenas pasaron el umbral del ingreso fueron aplaudidos por las autoridades entre quienes se encontraba el intendente Federico Achával que se acercó para acompañarlos y compartir con ellos este día histórico en el distrito.
Estos 10 terapistas, que fueron los primeros en exponerse al virus al atender a los contagiados que llegaban al sistema de salud local, cuando todavía la información era escasa y la incertidumbre nos invadía; hoy también fueron los primeros, pero esta vez en recibir la protección que les otorgará la vacuna.
Ingresaron de a uno. Con cuidado, respetando los protocolos. El primero en arremangarse fue Juan Cruz Camino, médico de terapia COVID del Hospital Sanguinetti. Lo hizo en silencio, recordando los inicios de la pandemia: “Al principio vivimos momentos de mucha tensión pero rápidamente el Municipio armó una buena estructura que nos permitió no estar nunca sobrepasados”.
Luego, expresó lo que todos esperaban escuchar algún día: “Al principio te genera incertidumbre. Pero estoy acostumbrado a leer los estudios médicos relacionados con estos temas. Es una tecnología que está aplicada hace mucho tiempo y solamente modificada para este tipo de vacuna. Hay que vacunarse con tranquilidad”, sentenció y con esa seguridad ingresó al vacunatorio. Una vez más se escucharon los aplausos que acompañaron este emotivo momento.
Hace 15 años, cuando Luis Godoy ingresó como enfermero nunca se imaginó lo que ayer le tocó vivir tiempo después. Tampoco los duros momentos que tuvo que atravesar: “Fue muy fuerte para todos. Siempre sentimos el apoyo de la gente que nunca dejó de manifestarnos su agradecimiento por lo que hicimos en esta pandemia. A los que curamos acá en el Sanguinetti les mando muchos abrazos. Ojalá pronto estemos todos vacunados”, expresó después de recibir su dosis.
Su compañera, Norma Piñero, también enfermera de clínica covid del Sanguinetti, remarcó: “Estoy muy agradecida al Intendente. Es indescriptible lo que se siente cuando damos el alta a un contagiado, curado, sacado adelante dentro del sistema de salud público. Estos 10 últimos meses para mí fueron de mucho esfuerzo, aprendizaje, agradecimiento y compañerismo. Todo eso hizo que todo empiece a salir bien y llegar a hoy a esta esperanza”.
También la enfermera Verónica Bornes, que se siente parte de un gran equipo de trabajo que dio todo, contó cómo vivió recibir la vacuna: “Estoy muy emocionada porque, como tantos, estaba esperándola hace mucho tiempo y hoy llegó en tiempo y forma. Más no podemos pedir. Somos muchos más pero hoy empezamos esta primera etapa. Pronto todos estaremos protegidos”.
Las enfermeras que aplicaron estas recién llegadas dosis también fueron protagonistas en el Sanguinetti. Detrás de una máscara y un gran equipo de protección estaba la licenciada Silvia Lobera, vacunadora, la que cuando todos los vecinos estaban aislados en sus casas, a ella le tocó recorrer las calles de Pilar aplicando algunas de las 40 mil dosis de la antigripal que se colocaron. “Me siento parte del cuidado de la salud de los pilarenses desde siempre y hoy me embarga la fe. Estuvimos esperando esta vacuna, la resolución a esta pandemia, muchos meses y estar acá, participando de esta mega campaña sin precedentes es un orgullo”.
Y, como lleva su profesión en el alma, al despedir a los flamantes vacunados, les recordó que aún deben continuar con las medidas de prevención, hasta recibir la segunda dosis.
Por su parte, el recorrido de Estela Valdez habla por sí mismo. En 2000 ingresó a la Escuela de Enfermería y desde entonces cuida a los pilarenses. Hace cuatro años presta servicios en el área de Medicina Preventiva y a ella la llamaron para recibir la capacitación correspondiente y luego ser una de las vacunadoras que dé inicio a esta campaña: “Vivimos la emoción de cada compañero que hoy tuvimos enfrente, viendo detrás de ellos las historias que cargaron durante esta pandemia, cada uno desde su lugar donde batalló contra el covid, el temor a perder la vida y el dolor de haber despedido a compañeros. Hoy, algo que veíamos tan lejano y es una realidad que nos acerca al fin de todo esto”.
Al final, cuando terminó el procedimiento, volvieron a escucharse los aplausos. Era una manera de abrazarse con el alma, de expresar el orgullo de ser parte de la historia y del sistema de salud de Pilar, de demostrar la esperanza que cada pilarense siente hoy, el día que empezamos a ponerle fin a esta pesadilla y a ganarle la pelea al covid-19.
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