Actualmente hay alrededor de 300 personas ocupando terrenos en San Alejo, que ya pusieron a la venta. Vecinos denuncian que están armados y apedrearon colectivos. “Tenemos mucho miedo, estamos solos y somos tierra de nadie”, expresaron.
Mientras crece la indignación de los vecinos de los barrios San Alejo y Agustoni por la usurpación de terrenos emprendida el pasado martes, la UFI 4 dictaría (según fuentes policiales) durante el transcurso de esta semana la orden de desalojo. Según señalaron los frentistas, aumentó la cantidad de personas implicadas, se pusieron algunos lotes a la venta, se registraron varios hechos de violencia y denunciaron que habría relación con punteros políticos.
En medio de la problemática de las inundaciones, que trajo aparejado como una de sus mayores consecuencias el alejamiento obligado de miles de personas de sus hogares, el martes alrededor de 200 personas se instalaron en 10 hectáreas entre las calles Naón y Levene. En un principio los usurpadores argumentaron que eran inundados, pero vecinos de la zona, a través de un comunicado, niegan que se trate realmente de damnificados por el temporal. “Son un mínimo las familias que sufrieron realmente la inundación, el resto son vivos que tienen sus propias casas, autos, y terrenos, pero se aprovecharon de la crisis política que vivimos los pilarenses”, expresaron.
En este sentido, el comunicado desliza que “los usurpadores dicen ser trabajadores, algunos dicen ser enviados por el candidato Molina, otros enviados por el candidato Zúccaro, otros punteros políticos, otros que les “regalaron” el terreno a cambio de su ayuda en la campaña, otros que pasaron y se quedaron. Pero los hechos dicen más que las palabras. No podemos dormir de los gritos y disparos, somos rehenes del miedo y de la usurpación, y quizás somos rehenes de un manejo político”.
Asimismo, transcurridos algunos días se sumaron más personas a la toma y habría actualmente 300 usurpadores, que ocuparon también el descampado de atrás de la calle Pena. Según señaló a Resumen una vecina que prefirió que no trascienda su identidad, la mayoría proviene del partido vecino de Moreno y son de nacionalidad paraguaya.
Por otro lado, gente del lugar denuncia falta de accionar policial y varios hechos de violencia registrados, incluso entre los usurpadores mismos. “Atacaron con piedras al colectivo 501 que pasa por la zona, a la policía y la gendarmería. Durante la noche se drogan, emborrachan y les roban a los vecinos para poder dividir y construir sus lotes tomados” sostiene el comunicado. La vecina de San Alejo agregó en el mismo sentido que “hace unos días pusieron los autos para que no pasen los colectivos. Ahora el 501 tiene que entrar con un supervisor para ver si pueden entrar o no”. Además indicó que “la policía está presente pero dijo que no va a intervenir hasta que no le den la orden. De día están pero a la noche no se los ve”.
El terreno en cuestión tiene dos propietarios distintos, y fue tomado hace exactamente una semana. “Ya sea autoconvoados o guiados por alguien al terreno, los usurpadores dividieron los lotes en medio de peleas entre ellos mismos con intercambio de gritos y disparos” comentan a través del comunicado. El miércoles realizaron el loteo dividiendo los terrenos con cintas. Y agregan que “en menos de tres días armaron casillas, instalaron carpas, toldos y cada día son más las personas y familias que se enteran y vienen a tomar lotes. Durante el día son familias enteras, por las noches solo se quedan los hombres custodiando sus lotes porque entre ellos se los están disputando”.
Los lotes estarían a la venta y oscilarían entre 5 mil y 15 mil pesos. “A las 12 de la noche se los ve comprando vino, gritando, están con machetes, cuchillos y palos, se mueven en camionetas y autos”, comentó la frentista del barrio.
Algunos vecinos se acercaron a realizar la denuncia en la fiscalía, que finalmente dictaría la orden de desalojo esta semana. Así las cosas, el jueves se acercaron dos asistentes sociales del Municipio hasta los terrenos de las calles Naón y Levene para hablar con algunas de estas personas.
“Estamos cansados de la falta de respuesta, y de que las autoridades le adjudiquen la responsabilidad a otro. Y tenemos mucho miedo por nosotros, por nuestras familias y por nuestros vecinos”, afirma el comunicado y añade: “Estamos solos y somos tierra de nadie. Y como si fuera poco, el mal estado de las calles y las consecuencias de las inundaciones provocan que ni la policía ni las autoridades puedan ingresar por la calle Levene a controlar o custodiar la zona”.
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