La fundadora de Madres de Plaza de Mayo acompañó a la delegación pilarense recorriendo junto a los voluntarios comunidades guaraníes de la selva misionera. Llevaron ropa y juguetes para los niños.
Las semanas previas al tradicional viaje a San Pedro, provincia de Misiones, que desde hace más de una década organiza la Biblioteca “Palabras del Alma” de Pilar, estuvieron signadas por malas noticias para los voluntarios pilarenses, que ultimaban los detalles de un nuevo periplo solidario previendo visitar en la pasada Navidad 20 aldeas guaraníes y colonias agrarias.
“Estamos desconsolados. Un bebé de la comunidad guaraní de Guaviramí falleció por falta de atención médica. Él había nacido hace pocos meses atrás, pobre y olvidado. Durante semanas los hermanos guaraníes llamaron a la ambulancia que nunca llegó. Cuando consiguieron un remís ya fue tarde. La misma noche que lo trasladaron a Montecarlo, el niñito murió en el hospital”, señaló Hernán Nemi, uno de los principales propulsores de la campaña solidaria. Y agregó: “Desde la Biblioteca Palabras del Alma, abrazamos a nuestros hermanos de Guaviramí”.
Por otra parte, Nemi indicó: “Nos comprometemos a seguir luchando para que los pueblos originarios tengan acceso a la salud y la educación, y para que nunca más muera un chiquito porque los médicos que deberían llegar no llegan”.
Asimismo, a esta mala y triste noticia, se sumó otra: la comunidad Takuá Poty debió abandonar sus tierras tras las presiones de un empresario y la Gendarmería.
Entrañable compañera de viaje
Sin embargo, a pesar de la amarga previa al viaje, una agradable sorpresa iba a cambiar el ánimo de los solidarios viajeros. Esta vez el grupo contaría con una compañía muy especial, la de Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora. “Con sus 88 años, Norita llevó consigo su energía, su escucha, su militancia, su sencillez, su cercanía y su espíritu de lucha”, apuntó Nemi.
Y concluyó: “Junto a ella pudimos abrazar tristezas y construir esperanzas. Ojalá su entrañable y luminosa presencia haya ayudado a superar tiempos de tormenta, para dibujar un arco iris de resistencia, construcción comunitaria y amor”.
Como todos los años, se reunieron una gran cantidad de juguetes, útiles y cuadernos escolares, sábanas y toallas, vasos, platos y cubiertos, ropa de bebé, pañales e indumentaria de adultos para distribuir entre cientos de hermanos indígenas que viven en el interior de la selva misionera.
Por su parte, al referirse a la experiencia, Cortiñas puntualizó: “Para mí se abrió un nuevo mundo con esta visita a las comunidades guaraníes con las que colabora la Biblioteca Palabras del Alma. Lo que viví en estos días fue mágico. Sentir el afecto y la hermandad de los guaraníes y compartir sus dolores. Voy a apoyar con toda mi energía su lucha”.
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