En medio de la crisis de la industria automotriz, los obreros volvieron a marchar a Callao y Corrientes, en Capital. Aseguran que la empresa despidió a 25 personas más y que paralizó las tareas de la Amarok, lo cual frenó las labores de 100 personas.
En la mañana de ayer, el conflicto de los trabajadores despedidos de la empresa Kromberg and Schubert, que se encuentra en el Parque Industrial, registró un nuevo capítulo tras algunas semanas de silencio.
Concretamente, los manifestantes, que luchan desde los primeros días de 2014 por la incorporación de los 54 empleados cesanteados, se dirigieron hacia la intersección de las avenidas Callao y Corrientes para cortar la circulación, un recurso utilizado en varias oportunidades desde el inicio de la protesta.
Sin embargo, en esta ocasión los despedidos fueron acompañados por empleados de otras autopartistas que, a raíz de la crisis automotriz, corrieron la misma suerte que Kromberg, como es el caso de Gestamp.
Además, los trabajadores denunciaron que 25 empleados de la empresa alemana recibieron el telegrama de despido, además de la suspensión de 100 empleados que cubrían la línea de producción de Amarok.
En comunicación con “La Mañana de Resumen”, de FM Del Sol (91.5), uno de los referentes de la protesta, Maximiliano Torres, explicó la situación actual en la que se encuentra el conflicto y el cambio de rumbo respecto de los objetivos apuntados.
“Después de tantas idas y vueltas, y de no encontrar una respuesta en el ministerio de Trabajo ni en nuestro sindicato, más contando con el fallo de la justicia que la empresa no quiere acatar, decidimos emprender una campaña contra la cabeza de todo esto, que es Volkswagen”, explicó.
Asimismo, Torres agregó que en Kromberg “en total ya tenemos más de 80 despidos, pero hay retiros voluntarios de los que no sabíamos nada. Además, tenemos 100 suspendidos, porque según ellos la inflación y el impuesto a los autos de lujo generó una baja en la venta”.
“Para ellos nace la mano de obra ociosa, y se la tienen que sacar de encima. Pero nosotros sabemos muy bien que vienen de años de producciones y ventas record. Vienen amasando fortunas con nuestro trabajo”, disparó.
Estado de crisis
Acto seguido, Torres graficó que “en el país hay 10 mil suspensiones en las autopartistas, y no saben si van a volver a trabajar. Nosotros somos la vanguardia, pero si esto no cambia se nos van a seguir sumando otros trabajadores, más con los desprestigiados que están los sindicatos”.
“Nosotros no negamos la crisis, pero en las autopartistas, como en otras fábricas, los ritmos de producción están ajenos de cualquier tipo de humanidad. A nosotros, en una autopartista, nos entra un pibe de 22 años y a los tres meses se rompe los brazos y no sirve más”, señaló.
Respecto de esta brutalidad laboral, el joven argumentó que “en estos últimos cinco años, gracias a las producciones y ventas record, el sector se venía manteniendo. Para un trabajador, record significa explotación, y para que una empresa lo tenga, el trabajador debe ser explotado y hasta el límite, sin importar su salud”.
Por otra parte, Torres denunció amenazas hacia los manifestantes, en un extremo al que nunca pensó llegar.
“Hoy en día estamos recibiendo llamadas. No puedo acusar a los sindicatos porque me metería en problemas legales, pero estamos recibiendo amenazas por teléfono diciendo que nos dejemos de joder (sic). ¿Como puede ser que de un día para el otro nos pase esto?”, se preguntó.
“Con nuestro sindicato no podemos contar, ni con el ministerio de Trabajo. Tenemos fallos que ordenan la reincorporación y no los hacen cumplir”, agregó.
Por último, se refirió a la situación en Gestamp, empresa oriunda de Escobar que en los últimos días despidió a 70 trabajadores, 15 de ellos de origen pilarense.
“Gestamp está militarizado. Vos estás trabajando y tenés un policía al lado. Te juntas a hablar entre tres o cuatro y un policía te pregunta que estás haciendo, como si fuese la dictadura militar. Es increíble lo que está pasando”, apuntó.
Finalmente, Torres especificó que “la gente que se acerca proviene de comisiones internas que han ganado algún delegado a través de la lucha, y organizaciones de izquierda, que son las que nos asesoran, o discutimos para ver qué podemos hacer”.
“Ahora estamos conversando con el Encuentro Sindical Combativo, que fue el que se diferenció de Moyano el día del paro general. Empezamos una nueva etapa en nuestra lucha, y vamos contra Volkswagen, el sindicato de SMATA y el de los Plásticos”, concluyó.
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