Jugadores Anónimos en Pilar: un nuevo espacio de ayuda en la comunidad

La Parroquia Nuestra Señora del Pilar ha abierto sus puertas una vez más para recibir a quienes buscan apoyo y contención. En esta ocasión, los salones parroquiales de la iglesia, ubicados en la calle Belgrano 766 de Pilar, serán el escenario de las reuniones semanales de Jugadores Anónimos (JA), una entidad comprometida con la recuperación de personas que sufren de ludopatía, también conocida como adicción al juego.

El nuevo grupo de Jugadores Anónimos de Pilar convoca a quienes enfrentan problemas con el juego compulsivo o conocen a alguien en esta situación, a participar de sus encuentros todos los martes de 19 a 21. El primer encuentro está previsto para el martes 1 de octubre, con acceso libre, gratuito y absolutamente confidencial. Además, aquellos que lo necesiten pueden comunicarse previamente a la línea de contacto 011-4412-6745.

Jugadores Anónimos (JA) es una hermandad internacional que tiene como objetivo ayudar a las personas a superar la compulsión por el juego. No requiere cuotas ni aportes, y el único requisito para ingresar es el deseo de dejar de jugar. Su enfoque espiritual, no religioso, permite que cada miembro interprete los principios según sus creencias, sean religiosas o no.

La ludopatía ha ganado atención en los últimos años, particularmente en su versión digital, que afecta a jóvenes y niños. Esta preocupación ha sido compartida por figuras relevantes de la Iglesia Católica. Monseñor Jorge Lugones y monseñor Oscar Ojea, durante una charla reciente, alertaron sobre el aumento del problema y la necesidad de enfrentarlo en comunidad, destacando que, en algunos barrios, el narcotráfico se aprovecha de la adicción de los jóvenes para manipularlos.

El grupo de Jugadores Anónimos en Pilar ofrece una oportunidad concreta para abordar este problema en un espacio seguro, solidario y confidencial. La Parroquia Nuestra Señora del Pilar, fiel a su compromiso con la comunidad, ha puesto a disposición sus instalaciones para contribuir al bienestar de las personas afectadas por la ludopatía.