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Fue capellán del Batallón Arsenales en la Guerra de Malvinas. Estuvo en las Islas junto a los soldados hasta la rendición. Tuvo a cargo 11 sacerdotes que acompañaron a nuestras fuerzas durante el conflicto bélico.
La gran obra del padre José “Tito” Fernández, el Cenotafio de Malvinas de Ruta 28, kilómetro 5,500, fue donada a la Municipalidad de Pilar, en el año 2005, a través de un convenio firmado por el entonces intendente Humberto Zúccaro y el propio sacerdote.
Durante la Guerra de Malvinas, el clérigo estuvo a cargo de los 11 sacerdotes que fueron a las Islas y distribuyó 30 mil rosarios entre los soldados en primera línea, en los pozos de zorro, con su ropa de combate; incluso durante los bombardeos navales y aéreos, oficiando misas, bautismos, confesiones y excomulgaciones, por lo cual el Cenotafio fue uno de sus grandes sueños.
El padre Tito solo puso dos condiciones para hacer efectiva la donación de esas 6 hectáreas, legadas por su familia: que el predio quedara a cargo de la Asociación de Veteranos de Guerra del distrito de Pilar, para que continuara funcionando como museo y lugar de visita de los familiares de los caídos en Malvinas, de ex combatientes y público en general y, que cuando falleciera, sus restos descansaran en el lugar.
El presbítero falleció en la madrugada del jueves 24 de abril del año 2008 a los 83 años, a causa de un paro cardio-respiratorio. Hacía tiempo que estaba internado en un centro asistencial para religiosos en la localidad de San Martín.
Sentido homenaje
A 10 años de su fallecimiento, la tarde del martes el intendente Nicolás Ducoté y veteranos de guerra agasajaron al creador del Cenotafio de Pilar. Además, estuvieron presentes Pablo Donoso, presidente del Consejo Escolar y Lucía Ravina, Secretaria General de Gobierno del Municipio.
El homenaje comenzó con una misa en su memoria, oficiada en la Capilla Santa María por el padre Mario Medina, titular de la Parroquia Nuestra Señora de Las Gracias del barrio Peruzzotti.
Posteriormente, los presentes se trasladaron al sepulcro del padre Fernández, se depositó una ofrenda floral y se realizó un minuto de silencio. Hacia el final, se leyó una dedicatoria especial de los veteranos que a través del Departamento Municipal de Malvinas, tienen la tarea de custodiar y mantener el monumento a nuestros caídos en la guerra. “El padre Tito tuvo un sueño que pudo hacer realidad con esfuerzo, sacrificio y trabajo –expresa en un párrafo el escrito- el construyó este lugar tan querido para todos los veteranos de guerra, que se sienten orgullosos de haberlo conocido. A 10 años de tu partida, te decimos gracias, porque tu sueño ahora es el nuestro: mantener vivo este querido y único lugar, nuestro Cenotafio de Malvinas”.
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