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En el Carlos Barraza, el Cuervo superó 2-1 a Villa Dálmine, cortó la racha de cinco derrotas consecutivas y quedó a 2 puntos del Reducido. Silva y Puch adelantaron al albinegro. Ferreyra descontó. Fénix fue superior, no lo liquidó y terminó sufriendo.
Y un día, Fénix se acordó de ganar. Con una buena actuación, que incluyó momentos del buen fútbol que caracterizó su gran campaña, el Cuervo festejó tras cinco derrotas consecutivas y, de una vez por todas, rompió la barrera de los 50 puntos. De yapa, favorecido por varios resultados ajenos, se puso a 2 unidades del Reducido.
Por la 39ª fecha de la Primera B Metropolitana, en el estadio Carlos Barraza, el albinegro venció 2 a 1 a Villa Dálmine, con goles de Hugo Silva y Mariano Puch, mientras que Juan Manuel Ferreyra descontó para la visita.
El conjunto dirigido por Favio Orsi y Sergio Gómez superó un inicio con dudas y se impuso con claridad en el juego. Sin embargo, desaprovechó infinidad de situaciones de gol y terminó sufriendo, al punto que el Viola casi empata sobre la hora.
Con los 3 puntos en el bolsillo y la confianza recuperada, Fénix tendrá otro duro escollo en su ilusión de entrar al G4 (está a 2 puntos de Morón, que queda libre, y Defensores de Belgrano, que está descendiendo). El próximo miércoles, desde las 21, en José Ingenieros, con arbitraje de Germán Bermúdez, visita al entonado Almagro, que sumó 7 de los 9 puntos que disputó desde la llegada de Néstor Rappa como director técnico.
En detalle
El comienzo de Fénix no fue el mejor. En los primeros minutos, al Cuervo le costó controlar la pelota y sufrió ante la presión de la visita. De hecho, a los 3 minutos, Dálmine estuvo cerca de ponerse en ventaja: Raúl Pérez asistió de taco a Damián Salvatierra por el centro del área, el delantero remató y tapó Hernández.
Con el correr de los minutos, el partido se equilibró y el Cuervo respondió. A los 14, Marcos Riquelme sacó un derechazo desde afuera que se fue cerca.
Luego, a los 18, el Viola tuvo otra posibilidad: Juan Celaya, de tiro libre, obligó al vuelo de Sebastián Hernández.
A partir de ahí, Fénix se adueñó del juego. A los 26, Riquelme encaró, tiró un sombrero, demoró y definió débil.
Sobre el final, el Cuervo tuvo tres claras. A los 37, Daniel González capturó un rebote, remató fuerte y tapó Gómez. Dos minutos después, Riquelme ganó por derecha, desparramó a Pena y disparó, pero atajó Gómez de nuevo. Y a los 42, Puch ganó por derecha, mandó la pelota atrás, Riquelme la dejó pasar y Leonardo Ruiz le pegó de zurda, pero el tiro se abrió sobre el palo derecho.
Tanto avisó Fénix en la primera mitad, que la ventaja llegó rápido en el complemento. Pasado el primer minuto, Ruiz envió el centro para Hugo Silva, que ganó de cabeza y marcó el tanto para Fénix.
A los 11, Ruiz desperdició una chance clara: recibió de Torres en el área, pero remató muy alto.
Fue un preludio de lo que ocurrió tres minutos después. González armó una gran jugada y remató, Gómez alcanzó a desviar el balón, pero Puch marcó en el rebote.
Con la ventaja, el Cuervo “durmió” el juego y parecía controlar sin problemas. Sin embargo, a los 27, Juan Manuel Ferreyra descontó de cabeza y aportó suspenso al cierre.
Para colmo, a los 31 minutos, el ingresado Gustavo Mbombaj apareció solo en el área y disparó, pero su tiro se estrelló en el travesaño.
A partir de ahí, Fénix hilvanó infinidad de chances de liquidarlo y falló: entre los 34 y los 38 minutos, Riquelme, por dos, y Gianni fallaron sendos mano a mano para cerrar el cotejo.
Tanto desaprovechó Fénix que casi lo paga caro en el cierre. Primero, a los 44 minutos, Nazareno Solís disparó cruzado, pero Salvatierra, abajo del arco, no pudo desviarla. Un minuto después, Celaya ganó de cabeza, pero la pelota salió muy cerca.
Para el final, solo quedó una nueva chance para González, que no pudo con el arquero. Así, la angustia se mantuvo hasta el final y se tradujo en desahogo para Fénix que, una vez más, renació y vuelve a soñar.
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