En el marco de una semana de actividades para conmemorar el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, una iniciativa que nació el año pasado a partir del Honorable Concejo Deliberante llegó a la localidad de Del Viso.
Se trata del programa denominado “Esquinas de la Memoria”, el cual plantea “la demarcación con colocación de placa en las esquinas correspondientes a los domicilios registrados de detenidos desaparecidos y asesinados del partido de Pilar” durante la dictadura militar.
De esta manera, la iniciativa que en su momento se aprobó por unanimidad en el recinto, propuso señalizar distintas esquinas del distrito con el nombre de las personas desaparecidas para que no sean olvidados y su “lucha por una Argentina más justa” continúe viva.
De acuerdo al proyecto presentado, esos recordatorios se incluirían en esquinas de Derqui, Villa Rosa, Zelaya, Fátima y Del Viso, donde en los últimos días se conoció el homenaje a Olga Ana Cepeda y Washington Fernando Hernández Hobbas.
La placa fue colocada en la esquina de Labardén y Santa Cecilia, zona en la que ambos fueron secuestrados durante un operativo llevado a cabo el 6 de julio de 1977, cuando Olga tenía 22 años y Fernando apenas 15.
Mientras Olga Cepeda era una joven empleada bancaria que se convirtió en una víctima más del proceso más oscuro del país, la historia de Washington Fernando Hernández Hobbas se vio marcada por su entorno familiar.
Había nacido en Uruguay y era uno de los cuatro hijos de Lourdes Hobbas Bellusci y Nelson Hernández Silva. Su madre militaba en la columna norte de la organización Montoneros, y el 20 de febrero de ese 1977 había sido secuestrada en la vía pública en la localidad de Munro. Por otra parte, su padre se encontraba detenido como preso político.
Tras la detención de Lourdes, que se cree fue llevada a Campo de Mayo, los hijos quedaron al cuidado de distintas familias, compañeros de militancia del matrimonio. Sin embargo, no pudieron escapar al horror, ya que el 5 de julio de ese año una hermana de Washington fue secuestrada mientras se encontraba en una pizzería de Munro, y apenas un día después, él corrió la misma suerte en la vivienda que compartía con una familia amiga de sus padres en Del Viso.
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