El proyecto de electrificación de la línea San Martín ha pasado por varias etapas a lo largo de los años. Tiene sus antecedentes más antiguos en la previa a la nacionalización de los ferrocarriles, cuando la línea era administrada por la empresa británica BAP.
Luego, el intento más cercano a una concreción se dio en la década del 80, cuando se firmó un contrato con la Unión Soviética para electrificar el San Martín entre Retiro y Mercedes, pero la iniciativa fracasó tiempo después.
El resurgimiento fue con la privatización en los 90, cuando la concesionaria Metropolitano se comprometió a realizar la electrificación. No obstante, en 2004 se rescindió el contrato con la empresa por incumplimientos.
Recién en 2015, con el regreso a la administración estatal, comenzaron las negociaciones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el otorgamiento del crédito que permitiera llevar a cabo la obra. En 2017 se otorgó el financiamiento y se llamó a licitación, completando el mayor avance en la historia del proyecto.
Los sobres se abrieron en julio de 2018, pero desde ese entonces la iniciativa quedó paralizada. Y en diciembre de 2021 se dio de baja para realizar una nueva licitación con otros requerimientos por sugerencia del BID.
El 2022 también trajo sus complicaciones debido a la situación económica y el bloqueo de créditos del principal financista, pero tras varios meses de incertidumbre, el Ministerio de Transporte de la Nación reactivó el proyecto.
Ahora, una nueva luz de esperanza surge durante la revisión del Presupuesto que se discute en Diputados, y contempla la inversión correspondiente al Estado Nacional, ya que de los 522 millones de dólares que cuesta la obra, 400 millones serán aportados por el BID y los 122 millones restantes por el Gobierno argentino.
El punto más importante del proyecto es la electrificación de la sección local de la línea entre Pilar y Retiro. La obra incluye soportes, suspensiones (ménsulas), catenaria (línea de contacto y línea de sostén), conjunto de regulación automática (contrapesas), línea de alimentación, línea de retorno y puntos fijos.
La línea será alimentada desde una subestación eléctrica que se construirá en un predio de la localidad de William Morris, entre las vías del ferrocarril, el río Reconquista y el Camino del Buen Ayre, espacio que cuenta con la extensión suficiente para la edificación de una instalación de estas características.
Por otra parte, la iniciativa plantea otros trabajos como la renovación integral de la totalidad de vías entre Retiro y Pilar, excluyendo el tramo del viaducto Palermo-La Paternal, que ya cuenta con vías nuevas.
Asimismo, también comprende la reforma integral de la estación Pilar, modificando la actual disposición de vías y andenes: se construirán dos nuevas plataformas, se ampliarán las actuales y se tenderán cinco vías nuevas con sus respectivos enlaces, además de la construcción de un puente peatonal con ascensores.
La reconstrucción de la estación apunta a su reconversión para funcionar como terminal de trasbordo con los servicios diésel a Cabred, que serán ampliados a Mercedes en un futuro.
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