Luego del anuncio sobre una nueva extensión de la cuarentena, en el cual además se destacó que no se realizarían nuevas flexibilizaciones, el conflicto entre comerciantes e industriales que buscan regresar al trabajo volvió a chocar contra la postura del Gobierno, que sin embargo, aún analiza los pedidos de comercios de cercanía realizado por diferentes municipios en el caso del AMBA.
Al respecto de la situación, el presidente Alberto Fernández dijo que “no es verdad que si abrimos la cuarentena la economía se vuelve próspera”, cuestionando a quienes le piden que flexibilice el aislamiento, preventivo y obligatorio. Y dio el ejemplo de la Ciudad de Buenos Aires, destacando que “se habilitó el 60 por ciento de los comercios, de los cuales abrió el 40, y ese 40 por ciento vendió el 30 por ciento de lo que vendía. No están los consumidores, abrir los comercios es una invitación a salir”. Agregando finalmente que “hasta acá las cosas salieron bien”.
Sin embargo, otra es la postura que han manifestado quienes buscan regresar al trabajo. Tal es el caso en Pilar, de la Sociedad de Comerciantes, Industriales, Propietarios y Afines (SCIPA), que señaló: “En este momento, entendemos que nuestros gobernantes deberían buscar un equilibrio entre salud y economía, porque si el aislamiento obligatorio continúa hasta el descubrimiento de alguna vacuna, los emprendedores, los comercios, las pymes y las empresas desaparecerán, y con ellos el motor que genera la riqueza de un país. Necesitamos urgentemente trabajar, por nuestras familias y las de nuestros empleados”.
En este sentido, y respecto del panorama que se vive actualmente, Diario Resumen dialogó con la presidenta de SCIPA, Edit Domínguez, quien expuso: “Le estamos pidiendo la resolución respecto de las habilitaciones para los comercios a la Intendencia, pero nos dijeron que teníamos que esperar porque están trabajando en ello. Así que estamos esperando de un momento a otro que nos digan como procedemos”.
Asimismo, la referente de la entidad pilarense indicó que si bien “tenemos que esperar porque no podemos hacer nada hasta que ellos no nos den una autorización”, no pierden las esperanzas de poder regresar a la actividad. “Esperemos que nos tengan en cuenta. Ansío que nos digan que con algo vamos a poder trabajar, siempre responsablemente. Pero la realidad es que la cámara no puede decidir en temas sanitarios, así que tenemos que esperar sí o sí la evaluación de las autoridades”, dijo.
Por otra parte, a pesar de querer mantenerse positivos, el escenario cada vez más complejo para muchos comerciantes y pymes del distrito afecta el ánimo. “La situación es desastrosa. Realmente te sentís que estás con las manos atadas, el tema de la salud lo entendemos y siempre lo respetamos sobre todas las cosas, pero la verdad es que después de tanto tiempo se empieza a mezclar todo. Y le pasa a todo el mundo, luego de tantos días de encierro corre la parte psicológica, económica, todo. No es fácil, pero esperemos que podamos comenzar a trabajar con algunas cosas de manera ordenada obviamente, y sobre todo con mucha responsabilidad de parte de la ciudadanía”, sostuvo Domínguez.
Un regreso desigual
Finalmente, mientras se aguarda por la decisión en base a los protocolos presentados, donde incluso se han mencionado casos de rubros que ya funcionan en otras localidades, la presidenta de SCIPA habló sobre “la desigualdad entre las grandes superficies y los comercios de cercanía”.
Necesitamos urgentemente trabajar, por nuestras familias y las de nuestros empleados”
“Siempre hacemos hincapié en esa desigualdad, porque uno no puede vender ropa, no puede vender zapatos, no puede vender nada, pero tenés los hipermercados que pueden vender todo; entonces ahí es donde ponemos la lupa, porque si evidentemente ahí se puede, nosotros deberíamos poder también”, expresó.
Y por último, señaló que todas estas cuestiones que están en juego se suman a un desafió que presenta un complejo panorama a futuro. “Levantar este desastre va a ser difícil y sabemos que muchos van a quedar en el camino, porque lamentablemente es muy complicado. Es mucho tiempo, y no hay que olvidarse que por una cosa o por otra, no todos llegaron a entrar en las ayudas del Gobierno. En algunos casos se comparaban las ventas del año pasado con las de este y no tenías que haber vendido más, pero con una inflación del 50 por ciento es imposible eso. La mitad o más ya no pudo entrar a las ayudas, porque había que cumplir con ciertos parámetros que no dan. Es un embudo, que trae consecuencias, y todo en un presente donde sólo nos queda esperar”, cerró.
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