El COHIFE desacreditó el mapa de arsénico del ITBA
El Consejo Hídrico Federal sostuvo que el relevamiento universitario no cumple estándares básicos de muestreo ni verificación en campo. Señaló fallas metodológicas, falta de trazabilidad y riesgo de interpretaciones erróneas en un tema de impacto sanitario.
El Consejo Hídrico Federal (COHIFe) salió al cruce del Mapa de Arsénico elaborado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), al advertir que el trabajo presentado sobre la presencia del contaminante en el agua de consumo no reúne los requisitos técnicos y científicos indispensables para ser tomado como una referencia confiable. Para el organismo, el documento difundido en las últimas semanas "no cuenta con los fundamentos metodológicos ni con el respaldo documental que exige un análisis de esta envergadura".
En un informe extenso, el COHIFe señaló que los datos relevados por el ITBA no permiten verificar su trazabilidad. Indicó que las muestras fueron enviadas por vecinos de manera voluntaria, sin cadena de custodia ni registros sobre el origen preciso de cada toma. Tampoco se identificaron coordenadas, profundidades de los pozos, tipo de captación, preservación del material ni condiciones de transporte, aspectos contemplados por los protocolos de la Organización Mundial de la Salud, normas IRAM y demás organismos técnicos.
El mapa del ITBA había generado preocupación al mostrar que el 70% de las muestras recibidas superaban los 5 ppb de arsénico, valor sugerido por la OMS y por el Código Alimentario Argentino. Entre ellas figuraban más de 30 correspondientes al partido de Pilar, en su mayoría obtenidas de pozos domiciliarios.
Firmas y advertencias
El dictamen del Consejo cuenta con el aval de representantes de 15 provincias, entre ellas Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Chaco, además del Estado Nacional. En el texto, los miembros remarcan que la publicación del ITBA trató "con excesiva liviandad" un tema de alto impacto sanitario y social, cuya comunicación requiere "un cumplimiento estricto de normas y procedimientos científicos".
El documento también subraya que el propio instituto universitario admitió no haber realizado verificaciones de campo ni validado pozos, profundidades o coordenadas. A eso se suma que no se presentaron controles analíticos de calidad -como muestras duplicadas, blancos o estándares certificados- lo que reduce la credibilidad de los resultados.
Otra observación del COHIFe apunta a que el mapa mezcla datos de pozos subterráneos con localidades que actualmente consumen agua provista por sistemas que cumplen los parámetros exigidos en cada jurisdicción. Esa combinación, advierten, puede inducir a conclusiones equivocadas y generar alarma innecesaria.
Contexto en Pilar y parámetros vigentes
El Consejo recordó que todas las provincias y organismos que lo integran mantienen monitoreos constantes, operan plantas de tratamiento y realizan inversiones permanentes para garantizar la calidad del agua potable en sus territorios.
En ese marco, vale señalar que aunque el Código Alimentario fija en 10 ppb el límite máximo permitido de arsénico, en la provincia de Buenos Aires rige una normativa que admite hasta 50 ppb. AySA, consultada por medios locales, confirmó que en el distrito de Pilar se trabaja de acuerdo con ese parámetro provincial, dado que la prestación del servicio se realiza en base a agua subterránea.
Del conjunto de muestras tomadas en Pilar -tanto de red como de pozos particulares, en zonas como Pilar centro, Villa Rosa, Fátima, Manzanares, La Lonja, Derqui, Del Viso y urbanizaciones privadas- solo seis se ubicaron debajo de los 10 ppb. El resto arrojó valores superiores, aunque dentro del límite que establece la normativa bonaerense.
La empresa también explicó que en la región el arsénico presenta, en la mayoría de los casos, una forma menos tóxica que la detectada en otros países, y que los valores sugeridos por la OMS responden a escenarios de mayor peligrosidad.

